Cultura

Tinta Sonóra: la nueva colección de Marvin que cruza música y literatura

  • Las posibilidades del odio
  • Tinta Sonóra: la nueva colección de Marvin que cruza música y literatura
  • Juan Carlos Hidalgo

“La literatura no cambia la realidad en sí misma,

pero puede cambiar la actitud

de la gente que genera esa realidad”.

Margaret Atwood

Antes de abandonar Facebook, el escritor Paul Medrano tenía la costumbre de realizar su Viernes de norteñas; una práctica poco usual ya que son otros géneros muy distintos los que privan en esa red social –dependiendo también del tipo de contactos que se tenga-. No en vano el tamaulipeco editó un libro con Tierra Adentro al que llamó “Flor de Capomo”, tal como uno de los mejores temas de la música de la parte alta del país.

Medrano reparte su tiempo entre la docencia y el periodismo allá en la Tierra Caliente guerrerense; pero por supuesto que se da espacio para conocer a detalle los bajos fondos de Zihuatanejo. Los puertos son lugares en los que las cantinas obtienen una dimensión especial –será que hay que bajarse el calor con urgencia y sobran los nómadas-. A la fecha, Paul es conocido por sus textos de investigación, que desarrollaba inicialmente para medios regionales pero que ahora también han llegado hasta la plataforma de Vice. En su escritura ha permeado esa experiencia cercana al narco y la violencia que trae consigo. Es un autor de novela negra con reconocimiento; es por ello que sorprende con su nueva incursión.

¿En qué momento imaginó a un grupo al que sólo le interesara tocar baladas? Ese género es severamente denostado. Es fácil concebir críticas en torno a él, dada su baja calaña, su lenguaje rascuache y su comercialidad franca y desmedida. Con todo en contra, Paul concibió a Los Testaferros, una banda en ciernes que se fija como único principio fundamental no tocar más que baladas.

Así que cuando me mostró esa obra recién terminada intuí que bien podía acicatear a los prejuicios y los convencionalismos. Por alguna razón, Medrano siempre imaginó que esa breve novela apareciera publicada por la revista Marvin. En ese momento sólo existía la serie Rock para leer, que compila cuentos a partir de una figura específica. Cecilia Velasco –la directora- nos señaló que ese es el perfil que la colección debía conservar. Había que esperar a que el momento adecuado llegará y que la música del azar pusiera a cada cosa en su lugar.

Si algo ha caracterizado al proyecto de Marvin es su total independencia, en el entendido que se trata de un medio que busca a sus patrocinadores y anunciantes. Se mueve en la iniciativa privada y los vínculos con las instancias oficiales han sido casi inexistentes. Pero siempre se ha caracterizado por ampliar sus alcances y potenciar sus iniciativas; fue así como se tomó la decisión de participar en el Programa de Coediciones que lanza la Secretaría de Cultura. Al conocer su forma de operar, presentamos tres libros para que fueran apoyados y la diosa fortuna nos sonrió.

Había que darle un giro al proyecto editorial y así fue cómo surgió Tinta Sonóra, abarcando libros unitarios de los autores que han estado cercanos a Marvin, y que además tuvieran ese vínculo entre música y literatura, aunque ya no fueran necesariamente rockeros. “Balada de Testaferro” encontró su canal natural para insertarse.

Para ese entonces también se tenían adelantados los libros que acompañarían al de Medrano como parte de la nueva serie literaria de una revista que ya rebasa los 15 años de existencia y que además ha gestado uno de los festivales más creativos del panorama nacional, pues el Marvin no sólo ofrece una programación musical ecléctica en extremo sino que incorpora la degustación gastronómica, el cine al aire libre, exposiciones e incluso el stand up comedy.

Pero sigamos con Tinta Sonóra, que presenta una primera terna de títulos el próximo jueves 9 de marzo en el Valiant Pub (Humboldt 34, Centro) de la Ciudad de México. Ya que el principio rector pasaba por optar por obras que conectaran con los distintos fenómenos musicales, una estupenda opción era recurrir a uno de los autores que de mejor manera han incursionado en ese segmento. Arturo J. Flores –editor de Playboy México- con todo y ser un fan del heavy metal, frecuentemente se muestra como un provocador que combate a todo tipo de fundamentalismos relativos a la crítica musical y sus recurrentes desplantes talibanes.

Arturo es uno de los escritores más disciplinados que conozco –en todo momento está desarrollando historias-, así que tenía disponible “Fuck Me, Nancy” (aunque tenía otro título). Al momento de leerlo se estableció cierta conexión libresca inevitable –toda proporción guardada-; en ella un profesor universitario monta una relación con una darketa sustentada a través de encuentros en la cafetería de un museo. Aunque la protagonista no es menor de edad, le comenté al también autor de “Te lo juro por Salo”, que es una gran tentación y reto para quien escribe atreverse con una personalísima alusión a “Lolita” –en pleno siglo XXI-.

Otra de las ideas que aplicamos a Tinta Sonora es que los libros fueran presentados por textos escritos por músicos, con la idea de que las perspectivas y puntos de vista se combinaran: ¿qué es lo que un músico puede decir sobre historias que tienen que ver con el territorio en el que se mueven? Fue así que Arturo logró que Mon Laferte –en plena alza de popularidad- participará y dejará por escrito su experiencia para con su narrativa erotizada: “Creo que varias de sus historias tienen mucho de mí. A veces hasta me sentí un poco incómoda leyéndolo. No porque sea santurrona, sino más bien porque su novela es provocadora. Seguramente encenderá a más de uno. Contiene todos los elementos que hacen de una historia algo apasionante: muchas fantasías, canciones y tatuajes. Elementos todos que me atrapan... Es, además, un texto muy musical. Sé que Arturo es un melómano asumido. Por lo tanto, no es difícil leer sin tener un soundtrack de fondo, sonándote en la cabeza. Uno conformado por las bandas metaleras que yo también oía en mi adolescencia”.

Esta primera tanda se completa con “Trátame suavemente”, un libro de cuentos cuyas historias han sido detonadas por personajes o canciones que pertenecen al panorama hispanoamericano de la música, como puede ser el legendario tema de Daniel Melero –que le da título-, original de Los encargados, pero que el gran público conoció por Soda Stéreo. En su interior también está la presencia de Charly García, del chileno Gepe –figura del pop electrónico- o bien de los españoles Vetusta Morla entreverados con un escritor tan reputado como George Perec. Valga pues la mención que este libro es de mi autoría.

Es así como nace Tinta Sonóra y apenas sale al encuentro de la gente; todos los involucrados tenemos la certeza de que habrá de encontrar lectores, en el entendido de que se trata de una nueva colección de historias que condensa la obsesión universal por la música.

circozonico@hotmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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