Con la Pandemia todo se maximiza, especialmente la estupidez de la gente. Es desesperante atrapar declaraciones absurdas de tipos como Donald Trump, Miguel Bosé (en fase delirante) y toda laya de políticos que, como el Gobernador de Jalisco, se han trastornado con la parte de poder que detentan. No es sencillo resistir ante tal avalancha de estulticia.
Por fortuna, ahí está el arte como una infalible vía de escape y que una y otra vez nos transporta a otra dimensión a través de la experiencia sensible; siempre nos remontará hasta un plano sensorial mucho mejor que en el que habitamos. Y el arte también suele recompensar la fidelidad; como en el caso de The Waterboys, en cuya leyenda brilla incomparable una canción como “The Whole of the moon”, en la que la épica acompaña a una entrega amorosa total. La banda británica ha atravesado momentos difíciles en cuanto a su conformación y nivel compositivo; no ayuda mucho la personalidad de Mike Scott, su líder. Un hombre que ya entrado en la madurez encontró un nuevo envión creativo (a través del enamoramieto) que dejó apenas el año pasado Where The Action Is.
Sobre todo por su excelso pasado (segunda parte de los ochenta), hace que demos oportunidad a su tema más reciente. “My Wanderings in the Weary Land”. ¡Una maravilla! Un alegato furioso que casi raya en el spoken word y se monta en una canción clásica de rock en la que la guitarra manda y encuentra espacio para hacer un solo -algo casi en desuso-.
Con ella las endorfinas se desatan; la energía rockera invade el ambiente. Este tipo de piezas son absolutamente liberadoras y nos hacen sentir protagonistas de una historia sublime. En agosto saldrá Good Luck, Seeker y las ansias nos carcomen.
circozonico@hotmail.com