¡El confinamiento no derrota a la música! La gente se organiza y cambia sus patrones habituales. Los servicios de streaming dan cuenta de que las tendencias fueron otras durante el encierro (bajó el consumo de reguetón, por ejemplo). Los artistas siguen dando pelea y editan sus nuevas obras sabiendo que encontrarán cómplices.
La experiencia del covid-19 nos reconecta con el mundo y los seres humanos de maneras distintas. Justo en el momento en que España regresa a la actividad pública, intercambio con un querido amigo de Barcelona canciones ideales para volver al mundo exterior; gracias a ello es que conozco a Younghusband, una agrupación inglesa que tiene un acento psicodélico encantador.
He dedicado también tiempo para ver Un país para escucharlo, la impresionante serie documental conducida por el guitarrista Ariel Roth y que desmenuza la actividad musical española región por región; de esta manera he aquilatado mucho al asturiano Rodrigo Cuevas y a la gallega Mercedes Peón, ambos en un punto de equilibrio entre la querencia de la tradición y un sentido vibrante de la vanguardia. Los dos personajes me maravillan y me hacen sentir que, aún con su sentido fatal, este 2020 sigue entregando música apasionante. Recomiendo ampliamente Good Soul Better Angels de esa leyenda del country alternativo que es Lucinda Williams; una voz prodigiosa en su mejor momento para plasmar el dolor. Y cierro esta entrega emocionado con “False Prophet”, el tercer sencillo que el inmortal Bob Dylan ha puesto en circulación tras el Nobel. Lo mejor de todo, es que para el 19 de junio tendremos completo Rough and Rowdy Ways, el que será su 38 álbum.
La música como un frente de resistencia.
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