No será el cartujo quien cuestione la ascensión de Claudia Sheinbaum a la cúspide del Movimiento de Regeneración Nacional, del cual recibió el bastón de mando de manos de quien lo ha ostentado y sin duda lo seguirá ostentando, quizá con discreción, a través de sus consejos, sugerencias o gestos en su liturgia matutina, consciente de la obediencia ciega de la elegida para continuar su obra y perpetuar su nombre por los siglos de los siglos, algo perfectamente factible. En su libro Hombres de gobierno (Aguilar, 2023), Gerardo Laveaga, después de advertir sobre los vaivenes de la historia, la cual“se escribe y reescribe a cada momento”, consigna: “Vicente Guerrero fue quien inició los cuartelazos que tanto dañaron al país. Fue Guerrero valeroso y arrojado, pero ignoró los procesos democráticos, pisoteó las leyes que le estorbaban y no tuvo respeto por las instituciones: hoy, pese a ello, es (un) prócer”. Así pues, méritos no le faltan a López Obrador para entronizarse en los altares de la República y aparecer en los futuros libros de texto de Marx Arriaga como ejemplar estadista, impulsor de un portentoso sistema público de salud, de una educación sin sesgos ideológicos, de un país sin violencia ni desparecidos, con democracia y una paz duradera.
De esta manera, Claudia, con su ambicionado bastón, se prepara para la batalla decisiva, y no está sola: cuenta con el primer mandatario y los gobernadores de Morena, con cuantiosos recursos económicos y un vigoroso aparato de propaganda y movilización. Es depositaria de formidables virtudes, como han señalado personajes del calado de Layda Sansores, quien hace varios meses, en su cuenta de Twitter, la describió: “de mente brillante y corazón valiente”. Inspirada, le dijo también: “La prudencia es tu cimiento, la verdad es tu alimento, la honestidad, tu corona.Resistes vendavales. Quienes tenemos estirpe guerrera, no nos rendimos; seguiremos desafiando contigo la inmensidad de la injusticia”. Capaz, íntegra, congruente, excelente compañera, los elogios se prodigan para Sheinbaum en la portentosa regeneración del dedazo y la cargada.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
