En mayo de 2007, un patrullero de la ciudad de Brno, en la República Checa, recibió la llamada de un hombre que daba la impresión de estar fuera de sus cabales. El individuo dijo ser vecino de la familia Mauerova.
¿Y? ¿Quién eran los Mauerova y por qué la llamada?
El uniformado apuntó lo que entendió y condujo hacia la dirección referida.
Todo parecía estar en su lugar, excepto por la puerta abierta del hogar de los Mauerova.
El policía tocó el timbre varias veces, pero nadie lo atendió.
El oficial estaba por irse, cuando vio un teléfono celular sobre uno de los muebles. Tomó el aparato y lo exploró.
En la galería del dispositivo vio la imagen de un niño desollado.
El patrullero reportó el caso y detuvo a Klara Mauerova, de 31 años, sospechosa de mutilar a sus hijos Ondrej, de ocho años, y Jakub, de 10, antes de devorarlos.
De acuerdo con los registros de esa época, Klara pertenecía a un culto llamado Movimiento del Grial, junto con su hermana Katerina y su hermano Jan Skrla Mauerova, además de Barbora Skrlova y Jan Turek.
El líder del culto, al que nombraban Doctor había instruido a los Mauerova para que prepararan un festín con los menores.
La práctica del canibalismo hace mucho dejó de ser un patrimonio exclusivo de los varones, ahora hay un gran número de mujeres asesinas que se comen a sus víctimas.
Los asesinos seriales en general obtienen gratificación sexual al mutilar y devorar a sus presas.
La mujer caníbal, en su mayoría, engulle la carne del amante o de su cónyuge.
Es rara la dama caníbal que come a sus hijos o a gente desconocida.
No es extraña la asesina caníbal que degusta su platillo a solas. Aunque hay otras que optan por hacer extensivo el banquete e invitan a vecinos y familiares.
El asesino serial hombre por lo general come solo y por varios días la presa que cazó.
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