Sociedad

Anatomía de una elección

Así como la película francesa recién galardonada “Anatomía de una caída” hace referencia a los vericuetos del juicio penal que enfrenta la esposa protagonista del difunto (no diré como acaba para no hacer “spoiler” o adelanto de la misma), así deben los procesos electorales ser sometidos al juicio y escrutinio de la ciudadanía y tomar en cuenta las opiniones de quienes al final elegirán con su voto a los candidatos propuestos por los partidos políticos con base en sus intereses, afinidades ideológicas y promesas  interminables y sin recursos presupuestales para cumplirlas, en muchos casos- que logren por ende: o reafirmar la preferencia de los votantes, o, cambiar el sentido previsto de su voto, incluyendo la opción abstencionista, que no anulista.

Para eso la exposición mediática de los miles de candidatos propietarios y suplentes a puestos de elección popular. Los actos de campaña, las bardas, los artículos promocionales, las guerras en las “benditas” redes sociales, los “bots” y los “trolls”, la guerra sucia, sucia, y demás estrategias de atracción y movilización de los votantes y sus invaluables voluntades expresadas en las boletas electorales. Pero de todo esto me llaman la atención tres aspectos: 1) los debates entre candidatas (os); 2) la óptica de ciertos partidos y sus candidatos que ven a los ciudadanos como infantes o menores de edad [que no razonarán su voto y se guiarán solo por las emociones]; y 3) el dinero que debe ser fiscalizado por los órganos electorales y nunca lo hacen a profundidad, o de plano, ya cuando lo hacen, resulta a destiempo.

En el tema de los debates ha quedado claro que tanto en las elecciones federales como en las estatales la rigidez del formato y los ataques entre los candidatos han sido la constante. El que dio el campanazo fue Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial de MC, al posicionarse frente a un electorado que no lo identificaba de bien a bien. Xóchitl Gálvez se queja de la forma en que la vistieron sus asesores, y afirma que ya no les va a hacer caso. Claudia Sheinbaum, simplemente cuidando la distancia entre el primer lugar que ostenta en las encuestas, y los dos restantes, para no verse rebasada en la carrera. Sería bueno tener las propuestas muy claras y diáfanas, y no dejar que tanto golpeteo desdibuje las plataformas y el mensaje de los aspirantes.

Frente al cara a cara de las, y los, aspirantes, está la parte de los ciudadanos que debemos ejercer libremente nuestro derecho activo al voto. Es decir, sufragar por quien sea nuestra sacrosanta voluntad sin coacciones o sobornos de ningún tipo.

Y aquí es donde algunos dirigentes de partido piensan en el elector como un menor de edad que puede ser maniatado mediante mensajes de propaganda engañosa y el manejo irracional de las emociones, o su voto comprado.

Queda claro que quién va a ir a votar ya lo decidió desde hace tiempo. También su decisión sobre por qué partido o candidato hacerlo, fue ya hecha desde antes. Las grandes mayorías ya se definieron. Cada quien tiene preferencias que sostener y agravios que cobrar. Entonces, ¿para que tantos gritos y sombrerazos de algunos partidos políticos que solo defienden el dinero de las prerrogativas públicas?

Ante tal cantidad de ruido -“mitote” diría Don Miguel Ruiz, autor de ‘Los cuatro acuerdos’- lo que persiste son los intereses de los partidos (“partes” de la sociedad; y “partidos” porque no corresponden a la misma en su total unidad). Y entonces queda defender a rajatabla los intereses políticos o económicos que cada uno resguarda; y para eso no hay que ser pichicatos, hay que gastar todo lo que se tenga y lo que se pueda, ¡faltaba más!, y entonces las autoridades electorales frente al excesivo y ultrajante gasto que en estos casos implica el proceso democrático, deberán fiscalizar los mismos. El problema es que podrán pasar años para saber que realmente gastó cada quien. Los casos Pemexgate, Amigos de Fox y Monexgate, siguen retumbando en nuestra memoria. Y al final, quienes sustancialmente excedieron los gastos de campaña, desarrollaron sin problemas sus encargos y cada partido tuvo que pagar altísimas multas.

–Solamente el “partido”-. Lo demás es lo de menos.


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José Luis Castellanos González
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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