En Nuevo León –no por sequía, por saqueo– no hay agua, pero sí vivimos en Monterrey, la ciudad más contaminada de México y Latinoamérica. En Nuevo León no hay agua, pero sí repunta la curva del covid. En Nuevo León no hay agua, pero sí tenemos una movilidad inmóvil en la transportación pública. En Nuevo León no hay agua, pero sí existen y crecen las desapariciones y feminicidios. A la utopía de un nuevo Nuevo León la rebasó la distopía.
Que la sequía y el saqueo sean los asuntos centrales de Nuevo León no debería soslayar otra evidencia: las desapariciones. Que Yolanda o Debanhi no sean ahora mediáticas, no exime la brutalidad violenta que insiste y persiste en Nuevo León. En sus redes, Claudia Tapia –mejor activista que funcionaria o legisladora– exhibe que la violencia no atenúa: “Siete niñas, mujeres y un bebé desaparecidas en tres días en Nuevo León”.
Desde esa ínsula extraña donde mal habita, el padre de Debanhi grita a cuello sin voz, ¿qué pasa? Exhumar a Debanhi no exhuma los feminicidios en Nuevo León. Escribamos del caso del delincuente Aldo Fasci Zuazua, delincuente por omisión, a estas alturas no sabríamos si por comisión.
“Cada mes hay 30 sicarios nuevos, no son los mismos homicidas, eso complica mucho. Y además, tan profesionales que utilizan diferentes personas las mismas armas: un sicario le pasa su arma al otro, y eso dificulta que podamos crear carpetas de investigación”.
What the hell?. Un encargado de la seguridad aceptando su ineptitud. ¿Hasta dónde está comprometido, por miedo o por ganancia, Aldo Fasci con la delincuencia organizada?
Entre la diástole y la sístole de Aldo Fasci Zuazua palpita el cinismo; se cree púlpito, su pálpito lo delata.
¿Algún familiar de Samuel García, nuestro gobernador, negocia con el cambio de cárteles?
El énfasis es otro. La trata de blancas, ya ni sé si rusas o ucranianas, las desapariciones. Lo que está prohibido es hablar de prostitución y trata de blancas.
En el centro de la investigación no solo hay que investigar las desapariciones y feminicidios, también el tráfico de órganos infantiles.
La realidad nunca prospera, desespera. En la tradición ciudadana, como secretario del Ayuntamiento y ahora como alcalde, sin sacarse de la manga, Andrés Mijes Llovera asumió el Protocolo 48. No se resuelve todo, pero el seguimiento es. Es. Nadie asume la realidad de desapariciones como el municipio de Escobedo.
¿Hay que aplaudir? No. Es la chamba. ¿Hay que abuchear a los otros? Sí. No hacen la chamba.
No escribo de quién es quién, escribo de tragedias. El Protocolo 48 evita. Las desapariciones van a seguir, Mijes ya puso el ejemplo. Aparecer es ciudadano. Desaparecer es violencia. Vienen más feminicidios, más desapariciones. ¿Quiénes asumieron el Protocolo 48?
Nuevo León está en crisis. Asumir. Voltear a otro lado, o mejor no voltear. Andrés Mijes dio algo esencial a Samuel: hidratar la política. Oxigenar.
@ruizjosejaime
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