Es cierto. La forma de vida occidental se encuentra en decadencia; las estructuras fundamentales que la sostuvieron durante dos mil quinientos años se están desmembrando. Los gobiernos no gobiernan para el pueblo; los partidos están realmente partidos; el interés económico se ha antepuesto al humano; la educación prepara al joven para cualquier cosa, menos para ser feliz y relacionarse armoniosamente con sus semejantes; y la familia tradicional se disuelve sin siquiera poder superar las contradicciones que han surgido en su propio seno.
En tal entorno de confusión, pocas veces se tiene la suerte de conocer a un hombre sabio, a un maestro del arte del vivir. Yo tuve esa suerte hace muchos años cuando me tocó conocer al maestro Domingo Dias (con “s”) Porta. Sus palabras claras y coherentes, muy lejanas a las argumentaciones que estamos acostumbrados a escuchar en las discusiones cotidianas, señalaban hacia un camino en el que se percibe el resplandor de la luz.
Dias Porta, con una sólida formación académica en la rama de la psicología y la pedagogía, optó hace más de medio siglo por el desarrollo interior y la búsqueda de lo permanente; aquello que no cambia, que no se va con el tiempo y que puede constituir la base para una vida más serena, dichosa y solidaria.
Lo escuché varias veces, en el curso de los años, y siempre sus palabras han sido limpias y poderosas. Limpias porque surgen al margen de segundas intenciones; y poderosas, porque su transparencia aclara aspecto confusos de la visión contemporánea de la vida. Siempre a favor de la fraternidad, la búsqueda de la luz interior y al desapego de lo superfluo.
A lo largo de los decenios recientes, el maestro se ha preocupado por recuperar el conocimiento que prevalece en las tradiciones prehispánicas, en donde subyace un conocimiento olvidado, que permite mirar con otros ojos el universo y el lugar que ocupa el ser humano en él. Muchas de estas nociones, ha dicho, se encuentran en los testimonios y tradiciones que dejaron los mayas y que algunos ancianos de esa etnia han conservado casi clandestinamente.
Dias Porta, quien radica desde hace algunos años en Venezuela, visitará Guadalajara en el marco de una gira en la que también tocará Villahermosa, Monterrey, la Ciudad de México y Ensenada, para brindar las conferencias “La educación de los niños, el futuro de la humanidad” y “Cómo vivir en abundancia y prosperidad”, así como los talleres vivenciales “Recapitulación: técnicas para sanar el pasado” y “Oración por la paz, magia ceremonial”.
Dias Porta, a pesar de su edad avanzada, recorre periódicamente ciudades y países para difundir el conocimiento que permite superar el momento de caos e inestabilidad por el que atraviesa la humanidad.
Marco Antonio Aguirre, uno de los coordinadores de su visita, me dice que en su celular, el 3334846592, proporciona mayores informes sobre la visita del maestro Domingo, fundador de la Mancomunidad de la América India Solar (MAIS) y uno de los sabios activadores de las tradiciones prehispánicas.