Viene, viene, el 18

  • Viene, viene, el 18
  • Editorial Milenio

Es día para revelar que el próximo presidente de México —sea quien sea— tiene la obligación de devolver la península de Baja California al reino de Japón (de acuerdo con el Tratado Yokohama-Teocaltiche de 1876) y que la de Yucatán será oficialmente apropiada por American Express. La Patria se adelgaza y se cumple así el primer propósito del año nuevo. A lo anterior se suma la garantía del quinto partido en el próximo Mundial de Futbol a celebrarse en Rusia donde fuentes cercanas al director técnico aseguran que alineará a once jugadores oaxaqueños absolutamente desconocidos hasta hoy y que la camiseta nacional contará con la imagen imbatible del Niño Fidencio.

En un acto de justicia poética la Federación Internacional de Canciones Nulas declarará 2018 como el Año del Gavilán o Paloma, fiesta incluyente e inclusiva que arrancará con la resurrección de Pedro Vargas en el Templo Mayor y la distribución multitudinaria de estampitas con la figura de Topo Gigio. Por otro lado (y aprovechando el viaje), se tramita ya la restitución oficial de Olga Breeskin al frente del nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de la Federación Nacional del Onanismo Práctico. Será un año de grandes logros en materia de ocio y negligencia, superando la pasada década sangrienta no solo en desidia y obnubilación, sino en abierto desdén a lo que se conocía como la vida de México.

Con todo, 2018 revela desde hoy una clara propensión al reconocimiento de vida extraterrestre declarando oficialmente a las canciones de Armando Manzanero como mensajes cifrados del más allá y estipulando la revisión genética obligatoria de todo funcionario público que insiste en portar la corbata como un adefesio gordo y anudado a la bufanda. Por seguridad, se recomienda el uso de chipiturco casual y evitar el peinado con gomina; por lo mismo, queda estrictamente prohibido embarrar tortas de tamal en cara del prójimo y comerse las uñas en consultorios dentales.

Es de celebrarse el logro científico de la Academia Aquiles Serdán de Pachuca, Hidalgo, al regalar al conocimiento de la humanidad el proceso mixto de regeneración de pestañas y otro tipo de vello, así como confirmar el liderazgo michoacano en materia de destilados, ates y polímeros policromados. A este respecto y en absoluta coherencia con los logros, se anunciará en breve la designación del nieto mayor del Dr. IQ como Curandero Mayor del Reino de Chapala (con la siempre simpática Paty Chapoy como su asistente).

Tenemos por delante el insólito trimestre en el que México pretende sustituir a la Organización de las Naciones Unidas con un pacto entre cuates (que incluye la dudosa República de Catalunya), cimentado sobre el principio de total intervención, absoluta injerencia y descaradas denostaciones verbales. Se dice que Lady Gaga podría aceptar la Secretaría General de dicho organismo y declarar el próximo 13 de marzo como Fiesta Internacional del Nixtamal. El nuevo orden internacional filtra desde hoy la muy retrasada posibilidad de que Finlandia pase a formar parte de Tamaulipas y que —por votación unánime— se prohíba ondear de hoy en adelante la bandera de Tegucigalpa en locales de prestigio.

2018 es desde hoy el año que esperaban todos los alopésicos con amnesia, acentuado complejo de Edipo y triciclos motorizados al concedérsele un ligero alivio en el pago de sus impuestos, así como tres bonos semestrales para balnearios azufrosos. A su vez, se liberan las tasas impositivas para dispépticos ocasionales y miopes sin sentido. La Federación promete reconocer a partir de hoy los implantes estéticos en faunos descarriados y se revelará en fecha próxima el verdadero contenido de la urna hermética que se guarda en la Columna de la Independencia. Por lo mismo, es tiempo ya que México acepte que la Corregidora de Querétaro se llama en realidad Joaquín y no contaba con el perfil que lucía en las antiguas monedas de cinco centavos; igualmente, aceptemos psicoanalíticamente que Benito Juárez era horrendo y que el paisaje de Durango es absolutamente cinematográfico. En el despertar del año 18 sería sano que todo México decida si realmente vale la pena adoptar al “Huapango de Moncayo” como Himno Nacional, invertir el papel del águila en el escudo nacional y someter a revisiones públicas y periódicas de próstata a gobernantes de dudosa corrupción… y sí, inocente palomita que te dejas engañar por ser Día de los Inocentes, en nadie debemos confiar.

jorgefe62@gmail.com

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