Las cinco “corcholatas” mencionadas y condicionadas por AMLO para sustituirlo como el próximo Presidente de la República; todos por ley pueden regresar a sus labores en caso de perder la elección interna, toda vez que son puestos irrenunciables por ser de elección popular, con excepción de Marcelo Ebrard, ex Secretario de Relaciones Exteriores, pues dicho encargo fue por designación del Ejecutivo Federal, es decir, es el único que compite sin red de protección.
Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa del Gobierno de la ciudad de México, Adán Augusto López, Gobernador de Tabasco con licencia y actual Secretario de Gobernación, Ricardo Monreal, Senador de la República, Gerardo Fernández Noroña, Diputado Federal, todos fueron elegidos por votación popular, por lo tanto, sólo se les acepta solicitar permiso por tiempo determinado para ausentarse del encargo que juraron cumplir y hacer cumplir la ley.
En otras palabras el participar en la contienda interna de Morena y Constitucional en su caso, tienen la posibilidad de reintegrarse a su puesto aduciendo respeto a la ley, como siempre se ha hecho sin distinción de partido, donde el candidato perdedor regresa a su encargo de elección popular a seguir cobrando su dieta y arroparse del fuero Constitucional.
En esta contienda interna de Morena, además de conocer el candidato oficial de dicho partido, seremos testigos de algunas pugnas personales entre ellos; unos pidiendo piso parejo y otras demandando más respeto a su persona, olvidándose que al aceptar participar en la contienda interna, todos se homologan, dejando atrás su investidura como Senador, Diputado Federal, Jefa de Gobierno, o Secretario de Estado.
Es bien sabido que AMLO, tiene preferencia por la otrora Jefa de Gobierno de la CDMX, que hace valer la simpatía que el Presidente le concede, pues recientemente, discutió con Alfonso Durazo actual Gobernador de Sonora y Presidente del Consejo Nacional de Morena, exigiendo airadamente “A donde yo voy, me respetan” ignorando que era grabada; además comentó que no fue bien recibida al evento, pues simpatizantes de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, “gritoneaban piso parejo”.
Ésta primera marimorena, es el presagio, que veremos durante todo el proceso interno de Morena, pues mientras fueron funcionarios públicos subordinados al Ejecutivo, se comportaban conforme al protocolo de urbanidad política; pero ya como contrincantes la cortesía desaparece y los golpes bajos aparecen, en Coahuila tuvimos una pequeña muestra entre Armando Guadiana y Ricardo Mejía de lo que ocurrirá próximamente entre corcholatas, (fichitas) es decir, Morena v/s Morena. Si vez a tu contrincante errar, no lo distraigas.