Con el arranque de la postemporada en las Grandes Ligas, que de paso ha dejado juegos de comodines de impacto que en este formato a un duelo sin duda atraen mayor atención al deporte, aunado a la fecha FIFA con el regreso de Raúl Jiménez a la Selección y la NFL siempre presente que ha aumentado su audiencia televisiva esta temporada, que no pase desapercibida una lucha alrededor de las canchas que no termina.
En esta ocasión me gustaría retomar dos casos que me llamaron la atención en la última semana. Por un lado, tenemos a las jugadoras de la National Women’s Soccer League en Estados Unidos que se unieron en protesta pacífica por una serie de demandas de abuso a lo largo de una década en distintos equipos. El parteaguas es el caso del entrenador tres veces campeón Paul Riley, del Courage de Carolina del Norte, quien fue acusado por dos ex jugadoras el 30 de septiembre. Tras su despedido, los partidos de la jornada pasada se suspendieron para asimilar la situación.
Incluso, la comisionada de la NWSL renunció tras una serie de escándalos, donde la conclusión es que la principal Liga de futbol femenil falló en proteger a sus atletas de un entorno de abuso que involucra a ejecutivos y dueños de equipos que solaparon dichas situaciones. “Esta noche, reclamamos nuestro lugar en la cancha, porque no dejaremos que nos arrebaten la alegría. Pero esto no es para que las cosas sigan como de costumbre”, dictaba el comunicado de la Asociación de Jugadoras, que también demandó una investigación en cada equipo.
A la par, en la cancha al minuto seis en tres duelos todas se abrazaron en círculo en medio del campo en silencio. Un minuto que representa los seis años que tomó que las acusaciones fueran escuchadas.
Y del futbol nos pasamos al tenis y vemos la otra cara de la moneda, donde una vez más una mujer es la víctima. A casi un año de que se revelaran las acusaciones de violencia física y psicológica que sufrió Olya Sharapova, la ex novia del actual No. 4 del mundo, Alexander Zverev, finalmente la ATP ha decidido poner en marcha una investigación sobre el jugador, que ha negado los actos. Tras la presión de otros jugadores y de propios directivos del deporte, el circuito dio el primer paso, aunque lo que se demanda es que se regularicen acciones de suspensión como sucede en casi todas las Ligas estadunidenses para este tipo de casos tras investigaciones.
Víctimas hay en todo tipo de perfiles, en muchos deportes y Ligas, lo importante es que se sigan revelando las historias por más que pase el tiempo. Hay que aspirar a mejores entornos dentro de la industria para disfrutar lo que sucede en cancha sin ningún tipo de hipocresía.