Si algo aprecio de los panistas es su manera de defender sus principios medievales, kukluxklanistas, voxistas y oscurantistas como si estuvieran avalados por ley pensamiento científico, las ciencias políticas, el humanismo y el sentido común. Su más reciente zacapela para defender las terapias de conversión —que son formas de tortura para el gozo de sádicos y verdugos— encabezada por dos grandes emisarios del calderonicolismo de la edad de piedra, Margarita Zavala y el ChikiliQuadri, demuestra lo torcida de su vocación. Y es que de la misma manera que los panistas defienden a capa y espada, con Cayetana como testigo, al capitalismo neoliberal más salvaje que nunca, se aferran a la onda patibularia reaccionaria, donde son capaces de demonizar los derechos humanos, acusando de pedofilia y de automutilaciones a la comunidad LGBTTQ+.
Los panistas dan ternura y más de las veces, miedo. Sobre todo porque se injertan en basiliscos hiperviolentos y maniacones capaces de defender las terapias de conversión como San Jorge contra el Dragón, aunque sean peor que el método Ludovico de Naranja mecánica, y al grito de “¡Ánimo, Montana!”
Amiguis panistas y priistas que los acompañan (los chuchos del PRD ni quién los pele), supongamos que las terapias de conversión no tienen nada que ver con sus prejuicios enanoburgueses. Y que las terapias de conversión se practican pero para quitarle lo ultraderechoso, reaccionario pinochetista y voxista a los blanquiazules, de una manera brutal y nada terapéutica para que no sean como Kinky Téllez, Vicente Vox, Alazraki y los paleros de Alazraki, la doctora Dresser, Loret y Brozo, el Trujillo tenebroso, a los que les falta un grado para ser picapiedras.
Digo, seguramente ante la fiereza brutal del método y su muy demostrada inutilidad, los panistas se rebelarían para que en nombre de la libertad los dejen como el subjefe Diego. Hasta dirán que las terapias de conversión deberían de cambiar por terapias de conversación.
Xóchitl Gálvez alega que votó en contra de estas terapias de conversión, pero a la hora buena las va a apoyar para estar acorde con su partido Acción Nacional, como en el caso del aborto y el derecho a decidir. Igual que con los apoyos a los adultos mayores: primero dijo que los mantendría y hasta firmó con sangre, y ahora que no serían para todos, salvo que vivan en Polanco y Santa Fake. Eso sí, lo que ella quiere realmente prohibir son las encuestas donde pierde por 30 puntos con Claudia Sheinbaum.
