Política

Simón Levy y la mitomanía

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Aunque sea más escurridizo que Cabeza de Vaca, la misma Baca, más generador de montajes que Lord Montajes, con mayor cantidad de fuentes de dudosa categoría que Rivapayacho y Cascabel Hernández juntos, y que se da tope en materia de contumaces falacias que Alititititito Moreno, Simón Trevi está en su derecho a ejercer la mitomanía sin atributos.

Si le gusta al culto y fino Simón Trevi, digo, Levy,  que le digan el “Mitos y leyendas” es muy su gusto, pero como un gran poder implica también una gran responsabilidad (Stan Lee dixit), también tendría que estar obligado a que la arquitectura de sus mitologías no sea de tan bajos estándares y que porten en su interior, aunque sea un mendrugo de veracidad.

Simón Levy empezó a ser medio conocido por el proyecto inmobiliario que Mancera estaba maquinando para la ciudad. Una cosa espeluznante y gentrificadora a la mala que iba desde Salto del Agua hasta Chapultepec, que iba a ser una verdadera mafufada pretenciosa y torcida del nivel del aeropuerto de Texcoco, a la manera de una versión folclórica de Santa Fake.

Luego, cuando lo echaron de la Secretaría de Turismo por lángaro, lo vimos encabezar oscuros proyectos de casas prefabricadas con empresarios chinos que solo existieron en la mente delirante de Levy. Por supuesto, lo que lo llevó a hacerse viral fue cuando insultó y pateó la puerta de una señora muy mayor de una manera muy violenta.

Más tarde, Simón se envolvió en la bandera de los anti-López, anticuatroté y anti-Sheinbaum y comenzó a abrirse paso en las redes sociales y los Paleros de Alazraki soltando información supuestamente privilegiada, pero apestosa a falsedad al nivel de los algoritmos de Ferriz.

La clase de desmadejada, meliflua, gelatinosa y contradictoria narrativa que encuentra digno recibimiento en la derecha mediática que le abren cámaras y micrófonos para soltar sus barrabasadas sin filtro ni cuestionamientos. Como cuando Brozo, el Trujillo ultraderechoso, entrevista a modo a Alititito Moreno y hasta le bolea los zapatos.

O cuando Lord Montajes Loret, Krauze (que andaba en España a costillas de la UNAM, mientras el rector Leonardo Lomelí, nomás no se mete a resolver los muy graves problemas que están pasando en la Universidad paralizada) y varios intelecuáles más le rinden culto al plutócrata que, haciéndose la vístima, no quiere caerse con su cuerno con el SAT.

Hablando de mitómanos y traiciones, Vicente Fox es el Rivapayacho primigenio y Simón Levy su alumno más mediocre.


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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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