Regresó el que andaba ausente, se le concedió volver vía Zoo, digo Zoom. La verdad, sí me dio gusto ver a Ricardo Anaya que nos tenía muy abandonados, muy tristes esperando sus sesudas lucubraciones sobre la malvada dictadura macuspánica y su condición de Nini héroe de altos ingresos, que va a salvar a la patria, al mundo, al universo y a los marcianos que anden por los alrededores. Ya nos tenía muy preocupados, como que nos estaban haciendo mucha falta sus orientaciones, sobre todo ahora que quiere recuperar su sitio como auténtico y verdadero candidato natural de las fuerzas vivas el autoritarismo, la represión, el refuego neoliberal pero medieval, y del conservadurismo PANdo.
A ver si deveras esto le sube el nivel de la contienda, porque la señora Gálvez ha sido un profundo y total aburrimiento, a pesar de tanto billete invertido, tantas entrevistas a modo, tanta autocomplacencia y tanta vistimización. O sea Sr. Colosio Junior, sin saber ni leer ni escribir, le va ganando a Xóchitl que, cuenten las malas lenguas, tiene su propio Cártel Inmobiliario.
El problema con Ricardo Anaya es que es el anti Pimpón, un muchacho nada guapo y de cartón. Es lo malo de que en su tiempo a solas con su soledad, en su leonera extraviada en algún lugar de la geografía yanqui, tratando de ser como Trump, no haya podido comprarse aunque sea un kilo de carisma, media gruesa de sentido común y meterse una dieta para bajarle a sus sobredosis de melodrama ranchero. Yo digo que si lo que quiere realmente es gobernar México pues primero tendría que conocerlo. Aunque sea, mi Richard debería de viajar por la patria de incógnito pues para saber cuando menos qué son los mexicanos, a dónde van, qué es lo suyo, de qué lado masca su iguana, y así armarse un criterio propio que vaya más allá del Google y dejar de soñar con ser como el subjefe Diego y su carreterita del amortz.
Eso sí, hay que reconocer que AMLO es un malvado. Mientras Anaya hace el ridi del ridi del ridi hablando de un tema que no conoce —algo común en él—como la educación (su sueño dorado sería que el libro de texto fuera el catecismo del Padre Ripalda y el programa salinista de Gurría), el presidente va a Nuevo León a decir que Samuel García y MC pueden dar la batalla electoral nomás para darle picones a Lady X y a Claudio XXX que andan valiendo gorro. ¡Qué manchado!
Así hasta dan ganas de cantar en honor de la señora X, la de “Lady Lady Lady Lady Lady #Lady1000millones”.