Quiero hacer algunas confesiones nada más para ahorrarle un poco de trabajo a mis jeiters, trolls y bots a los que debo reconocer que están trabajando horas extras: en muchos Sanborns he pasado a hacer pipí, sobre todo al de Los Azulejos, luego de ojear revistas y cómics de batmanes y supermanes incluidos, solo espero que esta información no sea usada por cierto reportero que se crea que soy socio de Carlos Slim. Algo que podría confirmarse si Carlos Loret, que se autoinmola, confirma que suelo comprar vinilos y blu rays en Mix Up, ¡dioj mío!
Ya lo único que me aliviana es la espera de esos vídeos que ha prometido la periodista Olga Wornat (el relato sobre la persecución de la que fue víctima, junto con sus colaboradores, durante el calderonato por escribir un libro que al final fue censurado, Felipe el oscuro, es peor que película del maestro Luis Estrada, es del terror), donde se podrá ver al ex presichente Calderón partiendo el queso con los jefes de jefes del narco en versión XXX, sí entusiasma a cualquiera. Aunque se trata de un documental profundamente costumbrista, dada la costumbre del marido de Margarita Zavala de negarlo todo incluyendo lo más evidente, no dudo que haga berrinche y que alegue que le pusieron un doble de cuerpo para hacer esas grabaciones. Que pusieron al enano Margarito en su lugar nomás para chamuscarlo. O, ya en el colmo, dirá que en su lugar pusieron al gran Little Richard, Ricardito como acá se le decía, pero sin su copetón, porque era el único de su vuelo.
No sería mala idea si la ergonomía estuviera en su contra.
Como quiera que sea, no dudaría que con tal de salvar el pellejo, haciendo la sonrisa de Bárbara de Regil, el muchacho gacho del sexenio nada chicho deje entrever que gracias a él se cayó la ley Bonilla. Luego se echará para atrás cuando le enmienden la plana y le recuerden que este concepto legaloide fue impulsado por los diputados panistas que eran mayoría en Baja California, debidamente regenteados por Markitititito Cortés. Ahí me surge una duda, ahora que todo se derrumbó esos legisladores blanquiazules que dicen las malas lenguas que los compraron para darle vida a la ley Bonilla, ¿se podrán quedar con su lana o la van a tener que regresar a pesar de los servicios prestados?
Ya quiero que salgan esos vídeos, pues me dicen que en esas narcoreuniones le entraban a los juegos de rol y García Luna Productions salía disfrazado de Florence Cassez.
¡Qué nervios!
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