Política

Pinky y Cerebro en la oposición

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Seguramente debido a la falta de una educación continua, de un apapacho emocional, muy probablemente por haber crecido en el medio de un algoritmo disfuncional y tal vez a consecuencia del maltrato intrafamiliar, los xochibots, xochitrolls y xochijeiters viven lo que viene siendo una especie de analfabetismo comodino. No puede ser que ante la clara lectura de un artículo como el del señor Tim Golden, no hayan sido capaces de hacer sinapsis y pensar por qué alguien como un conocido periodista, ganador del premio Pulitzer, se haya prestado a escribir un texto donde desliza la idea de una relación de la campaña de López Obrador en el 2006 con el narco, cuando la propia DEA ya había cerrado el asunto por falta de pruebas (sin contar al testigo estrella que estaba megadesacreditado) exponiéndose claramente al ridículo como al final pasó, a menos que formara parte de un plan tipo Pinky, Cerebro y el Coyote.

Está bien que personajes como Raymundo Rivapagliacci haya puesto en entredicho la importancia de la verdad, pero no puedes hacer eso a menos que estés metido en una agenda para pegarle deliberadamente a la Cuarta transfomeichon o quieras ser como Beatriz Pagés. Luego está el caso de la propia Carmen Aristegui y de Anabel Hernández que, poniendo absolutamente  en entredicho su credibilidad bien ganada en otros viejos tiempos, bailen una coreografía mediática al ritmo de lord montajes, en una narrativa tan real como la gelatinosa preocupación social de Madrazo y Claudio XXX.

Lo que no han ganado en las encuestas, lo quieren ganar a la malagueña. Y para restarse validez recurren a personajes que desprestigian al desprestigio como el saco de pus, Pedro Ferriz, y Max Cortázar, que lo suyo es el melodrama fakenewsero artificial y artificioso.

Lo más loco es que para acentuar el sospechosismo, Xóchitl Gálvez se fue de parranda a Estados Unidos para demostrar su independencia del tío Sam y de paso armarle un numerazo a sus enemigos políticos que la tienen 30 puntos abajo abajototota y contando. Por supuesto, va a acusar a López Obrador de llevarle tamales de chipilín al Chapo y solicitarle a los gringos que manden los Marines a Caleta Caletilla, mientras le guiña el ojo a García Luna Productions. Supongo que también aprovechará la oportunidad para acusar a Javier Milei de represivo, autoritario y fundamentalmente pinochetista como lo ha demostrado en sus pocos días en el poder en Argentina.

Es lo malo de sólo saber ler.


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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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