¡PAN, más guanajuatizante que nunca!

Aunque hicieron su esfuerzo por poner el busto de Abascal vestido de Picaluga en lugar de Cristóbal Colón, los del PAN se la volvieron a pelar (pobrecitos, nada les funciona, nada les sale, hay que llevarlos a bailar a Chalma o con los brujos de Catemaco a ver si ahí les hacen una limpia con huevo negro y ahí que se queden hasta que queden rechinando de limpio) y tuvieron que darle paso a Tlali, una espléndida escultura de una mujer indígena obra del artista Pedro Reyes. El sueño dorado blanquiazul de ver convertido el Paseo de la Reforma en el homenaje a los voxistas heroicos caídos en su denodada lucha contra el comunismo primitivo y marxianos soviéticos que los acompañan, se fueron al averno satán.

(Es duda existencial, pero si los de Voj insisten en su cometido de desaparecer la X, ¿Jóchitl Gálvez y Claudio J González darían la batalla?)

Como quiera que sea, quizá los choznos de Gómez Morín —que debe de renegar de su descendencia— un día puedan sustituir la Cabeza de Juárez por la de Verástegui pidiendo más y mejores temblores para las pécoras que decidan interrumpir sus embarazos. Solo espero que no tengan el mal gusto de poner la Cabeza del expresichente Jelipillo, llorando por el Fonden que fue su otra caja chica.

O de plano rendirle homenaje en un pedestal a Cabeza de Buey recibiendo de por vida escoltas y camionetones por obra y gracia de los prianistas de Tamaulipas que le siguen chupando las medias. O hacerle un chico estatuón al gober petocho, Diego Sinuhe, que para seguir la onda guanajuatizante foxicalderónica acaba de endeudar al estado que desatinadamente encabeza, con otros chingomil millones de pesos. También podrían volver a levantar la estatua de Chente Foj que derribaron en Boca del Río, pero esta vez siendo perseguido por el espectro del comunismo.

Bueno, para ser justos, lo que debería ir en lugar don Cristóbal y sus hijos cristobalitos sería la nada desdeñable cifra de 366 mil 174 millones de varos, que fue lo que condonaron en impuestos a los peces gordos, CaldeRón y mi licenciado Peña Nieto.

Cosas maravillosas de las que afortunadamente nunca se dio cuenta Alberto Peláez por estar siempre con los brazos cruzados. Lo bueno es que ahora que lo echaron del paraíso de Televisa y, en su afán de notoriedad, de pronto descubrió que todo está mal. Al rato se va unir a quienes quieren amparar a sus espermatozoides y a los no nacidos para que los vacunen contra la covid.