La resistencia inútil hizo lo suyo, pero con resultados paupérrimos. La opo se pasó toda la semana tratando de opacar el primer año de la presidenta Claudia Sheinbaum y uno supo ni a melón. Por más más que soltaron insidias, fake news, narrativas derechuecas todo se les apestó. Ese 79% de aprobación, confirman el nivel en el que se encuentra la presidenta que, en el Zócalo, confirmó el compromiso con los mexicanos más necesitados, la cero tolerancia a los plutócratas que no quieren pagar impuestos y que se la pasan haciéndose las vístimas. Y claro, no se contuvo para atajar la serie de perfidias que se han soltado sobre la reforma a la Ley de Amparo: se trata de democratizar esa herramienta jurídica que era propiedad de machuchones, maleantes y políticos torcidos como Anayita, Alititito, Chayito Robles que podían darse el lujo de cuajarse de amparos.
Lo que terminó de mandar a la lona a la derechairiza en éxtasis que está más chumelizada que nunca y que sigue alegando que esto es Venezuela (No se rían), fue cuando la primera mandataria explicó: “Ahora somos el país menos desigual del Continente, solo después de Canadá”.
De veras, a lo que le urge a la ultraderecha nacional que está más torpe y ciega que nunca, es dar un golpe de timón para ganar algo de aprecio entre el público conocedor. Por ejemplo, si Krauze no ha dicho ni pío en contra de Satanyahu ni ha mostrado ninguna solidaridad con los mexicanos de la Flotilla Sumud secuestrados, encarcelados y abusados en cárceles israelíes, el prianismo debería de demostrar algo de empatía, no se les va a quitar nada de su díazordacismo.
Sé que al Kinkytellismo-Alazrikismo le cuesta trabajo cualquier ejercicio crítico sobre Satanyahu por su devoción por Trump al que todo le aplauden, pero tendrían que comenzar a aceptar que la verdadera dictadura está en Disneylandia. En todo el mundo marchan, se manifiestan, se movilizan en contra del genocidio en Palestina, y a la ultraderecha nacional solo le falta ponerse como MAGAs porque Bad Bunny dará el espectáculo de medio tiempo en el Super Bowl. Malvada NFL, en el momento en que Trump recrudece la persecución de inmigrantes y se pone más pinochetista que nunca, le dan el gran show norteamericano a un puertorriqueño.
No aguanto el reguetón, pero si se politiza y le genera dispepsia a mi Donald, lo aplaudo.
La ultraderecha mediática es tan chafa, que es capaz de salir a apoyar al ex futbolista Omar Bravo, acusado de abuso sexual infantil.