Justo cuando le estaban apedreando el rancho a Morena por abrirle las puertas del Metro a Rubalcava que seguro no conoce ni la estación Ciudad Azteca, además de la anexión del ex priista Benítez al movimiento a pesar de insultar a la presidenta Sheinbaum, aparecen Kike Krauze y Brozo, el Trujillo ultraderechoso, con su batea de babas. No puede ser. La oposición la tenía, era suya y la dejaron ir por dejar que dos fans de los osos de Rivapayacho hicieran su numerazo para echarlo a perder todo.
O sea, hay que estar más fallo de sinapsis que Pedro Ferriz como para imponerse la muy difícil tarea de defender a Zedillo alegando que es (no se rían, bueno sí) heredero del 68, según escribió Krauze sin sentir ñáñaras ni sus editores pudor. Aunque alguna vez afirmó que Enrique Alfaro Alfacho era Mariano Otero, asegurar que el muchacho chicho del Robaproa gacho es la encarnación del 2 de octubre, es como decir que Alitititito Moreno es Octavio Paz, Kinky Téllez es Leona Vicario y Calderón es Winston Churchill.
A lo mejor Krauze quiere acabar con su de por sí muy dudosa carrera de historiador revisionista, así que al rato va a soltar que Zedillo es tan progresista que estuvo en la toma de la Bastilla, combatió en la Revolución cubana junto a Fidel y el Che, luchó con los zapatistas, fue preso político en Lecumberri, quiso salvar a Trotski del piolet y fue la inspiración de Marx y Engels en la escritura del Manifiesto del Partido Comunista.
Algo que solo se puede comparar con Brozo haciendo una imitación muy pobre y derechueca de Luisa María Alcalde, donde lo de menos es que Trujillo se pusiera una peluca para hacer ese numerazo, pues de Tintán a Groucho Marx, sin olvidar a los masters de Monty Pytonse ha utilizado ese recurso. Lo que sí es infumable es que haya hecho esa parodia con un guion como para el Perro Guarumo. Y lo mejor es que la derechairiza que me ha criticado rabiosamente por caricaturizar en Operación Mamut a la ministra Piña, haya aplaudido al de los pelos verdes poniendo los ojos en blanco. Perdón, mientras lo del patiño de Loret Lord Montajes chapotea en la misoginia con una actuación que homenajea a Derbez y a Omar Chaparro, lo que se hace en el Mamut es un ejercicio satírico que se concentra en los actos torcidos de la ministra con un humor elegante y fino, papá.
Seguramente la dotora Denise Dresser ya se paró de pestañas y acusó a Brozo de machín como hizo conmigo.¿O solo los derechairos tienen permiso?