Yo sí quiero agradecerle de la manera más atenta a mis queridos Carlitos Loret, la culta Lilly Téllez, a los ferrices y al Ku Klux PAN en general y al PRIANChu en particular que nos hayan avisado con tiempo que la dictadura macuspánica se va a dar un autogolpe de Estado y que la libertad de expresión, de tránsito y hasta los tacos al pastor iban a ser cancelados. Buena onda que a pesar de la histeria y el delirio paranoico al que recurrieron para dar el pitazo, nos hayan puesto en alerta ante el advenimiento de un pinochetazo a caballo de espadas.
De hecho, me dio terror nomás de imaginarme al Estadio Azteca convertido en campo de concentración, sobre todo porque son tan perversos los comunistas que seguro colocarían a los disidentes del sector opositors de lado de La Monu, la porra americanista.
Pero luego ya vi que las cosas estaban medio raras porque no eran como en los tiempos de la dictadura perfecta, donde veías tanquetas por doquier, pelotones hasta en la cola de las tortillas y los perjudiciales que por cualquier cosa te llevaban a Tlaxcoaque.
Un dictadura muy rara, muy fuera de los protocolos pinochetistas donde la re re represión era a gran escala y todo era tortura y persecución. Debo reconocer que fue un poco decepcionante no ver reflejada en la realidad lo que Lilly Téllez anunciaba con un poquito de melodrama ranchero que ahí venían los arrebatos dictatoriales, que el somocismo está entre nosotros, que AMLO iba a convertir a los puestos de guajolotas en gulags. No se vale.
Uno que se esperaba algo muy bolchevique en el castillo de los Romanov, pues te sientes timado como cuando Xóchitl Gálvez reveló su pasado marxista.
Lo bueno que la resistencia fifirisnáis dará la batalla como Salvador Allende. Ya vimos a mi Loretiux muy valientemente exigiendo transparencia en el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles (me temo que primero habrá que explicarle quién fue el notable personaje) y hasta en los tamales de chipilín, pero cuando se trata de Latinus defiende la opacidad como un perro. Muchos alegan que se trata de una empresa privada, pero cuando investigaciones dejan entrever que hay financiamientos de gobiernos estatales como el de Cabeza de Buey y de Chiflano Aureoles (además del billete Robertico Limonta Madrazo), asi las cosas cambeyan, como diría el Piporro.
A lo mejor se trata de estado de sitio a domicilio y si los soldados no llegan en menos de 20 minutos la represión es gratis.
Jairo Calixto Albarrán
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