Política

Ese oscuro cubrebocas del deseo

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La nueva normalidad será anormal o no será. Ahora la clase, el estilo y el estatus ya no se demuestra por la marca de la ropa o el tamaño del coche; eso es muy AP, antes de la pandemia, porque lo que es verdaderamente cool es el modelo y precio del cubrebocas que portas: si se trata de un N95 con palanca al piso, sonido sensor round y luces de neón con cámara de gases, no solo serás la envidia de propios y extraños, sino que te incluirán en la Asociación Nacional de Chakalones Reguetoneros; en cambio, si traes uno de esos adminículos turbocargados, que de tan aerodinámicos parecen un Ferrari bajando hechos la mocha por La Pera, te llevarás las palmas, las orejas y el rabo; y si eres el feliz poseedor de un artilugio que parece más botoxeado que Luis Miguel en su comercial de Uber, ya la armaste gacho.

Mi sueño dorado es que esos cubrebocas decorados con la figura de Topo Gigio, un día incluyan el de Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, quien probablemente pronto sea extraditado por acá gracias a esos agronitrogenados que le vendiera a Pemex para aumentar su catálogo de chatarras heredadas por Jelipunk y mi licenciado Peña. Ya en esas, también podrían decorar otros modelos con los rostros de Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell (esa cara de pantufla es inolvidable) y el buen Ildeponcho Guajardo, que siendo del consejo de sabios de aquel Pemex, palomearon el negociazo.

Ya para Halloween se podría hacer un cubrebocas con el rostro aterrador del notario Horacio Aguilar del Alba —al que podemos recordar por sus escándalos en el IFAI, donde representaba al PAN—, ahora que lo vimos golpeando y arrastrando a su mujer en Naucalpan. Ya ofreció disculpas de un gelatinoso sentido del decoro, pero no se vio al panismo entero linchándolo por misógino (o acosador, como han señalado alumnas de la Libre de Derecho). ¡Qué raro!

No puede ser, si es el partido más feminista y guanajuatizante.

Todo eso es verynice, pero lo verdaderamente cool es andar por la vida con esos artefactos que, según dicen los que saben de fake news, cuestan 6 mil pesos la pieza y que, según esto, fueron adquiridos por toneladas y a escondidas por Claudia Sheibaum que, asumo, durante la adquisición no llevaba ni una burka para defenderse el bicho y ni siquiera se lavó con jabón Zote.

Apuesto que esos cubrebocas no traen calefacción ni un homenaje a la leyenda de Minezota, Charlie Monttana; entonces ¡qué chiste!

jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto

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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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