David Faitelson ha estado siempre en medio de las polémicas pero sobre todo en materia deportiva. De eso vive. Pero cuando atisba otros espacios políticos se nota que no tiene ni la información, ni los datos y mucho menos cuando ha demostrado ser muy conservas en almíbar.
Una demostración de todo esto fue ese tuit donde citando a uno de los personajes del periodismo mexicano más dudosos, cuestionados que una carrera llena de señalamientos éticos, Rubén Cortés, se puso a criticar al presidente por hablar sobre beisbol, habiendo tantos problemas en el país.
Eso como si no estuviera atendiendo todo los días en los mil y un problemas de la nación. Ahí lo vemos apagando fuegos y metido en prácticamente en todo. Ahí están las Mañaneras que, seguramente, mi Deivid, ni ve ni oye, las Mañaneras que en todo caso mira a través de la mirada histérica y rabiosa de sus amigos a los que admira, como Alazraki y los Paleros de Alazraki. Incluso del que piensa que es un genio. Pero eso si, si AMLO tiene un momento para hablar de un tema que le apasiona como es el beisbol, se pone como el Javier Lozano.
O sea, no veo cuál es el problema, todos tenemos derecho a cotorrear, echar un baile, echar un trago, a divertirnos un instante, o a echar un cotorreo beisbolero, aún en medio de situaciones muy bravas.
Lo curioso es que Faitelson nunca ha cuestionado el summum de frivolidades y mentiras que es Xóchitl Gálvez, ella sí enteramente entregada a la infodemia y al oportunismo, plagiando tesis, aunque la universidad diga que no, cuando ella misma reconoció que la había “pendejiado”. Tampoco los hemos visto cuestionando a personajes como la Rabadán y Kinky Téllez, siempre enfurecida, echando ojos por los ojos de fuego y amenazando y haciéndose las vístimas, comportándose como la niña del aro. No se diga las frivolidades espeluznantes de Markitititititito Cortés, Zambranitititito o de Alititititito Moreno con sus maclarens y todas las cosas del terror.
Bueno, tampoco recuerdo al cástulo Faitelson hacer panchos, ni puesto el grito en el cielo por el tsunami de informaciones falsas de los medios en donde trabaja o ha trabajado.
Faitelson tiene todo el derecho a decir lo que piensa, pero que no confunda al pancracio con el gimnasio, que se ponga a checar medios y periodistas que piensen distinto a él y no solo a los que le documentan sus prejuicios derechairos. Y no es que en Televisa le hicieran un cocowash, ya venía así.
Más beisbol y menos Faitelson.