Todo el mundo lo ataca y desprecia, pero es muy probable que de la oposición, después de Kinky Téllez, el ChikiliQuadri que quieren implantar un sistema salinista-pinochetista-clasista-guanabí, solo Vicente Vox muestra el rostro verdadero de la oposición que tiene nostalgias a lo Kike Krauze por la dictadura perfecta. Mientras los dueños del sector opositors se autodenominan luchadores sociales, herederos de la Comuna de París y Claudio XXX impone la figura de Lady X como si fuera Benita Galeana o la Pasionaria con huipil de Pineda Covalín, Chente Vox, representa el sueño guajiro de volver a rendirle culto a la explotación del hombre por el hombre.
Debo reconocer que fue bonito cuando Xóchitl dijo que a Claudio XXX no lo conocía, que se lo encontró a la salida del baño de un restaurante. Casi que se lo encontró en un bazar un sábado al mediodía.
Por eso suena chido tanta inversión en encuestas que respaldan hoy a la Gálvez —como en su momento a Anaya, la Téllez, Santi PRIL, Alejandra Inmoral, la Viggiano—para que parezca que son los winners que México esperaba. Lamentablemente, le echan demasiada crema a sus tacones y ponen a sus candidatos como si hubiera ganado, al mismo tiempo, la Champions, la Flor más bella del ejido, Wimbledon, la Copa de oro. Algo que, en efecto, por sus artificios y manipulaciones, pues no se replica en la realidad electoral.
Ahora está de moda la Claudio XXX Girl, pero si le siguen encontrando más propiedades chuecas, van a cambiar de rumbo y a poner a Chayito Robles que ya está calentando en la banca con sus trajes Chanel, bolsones Louis Vuitton y chanclas Loboutin para demostrar que sigue siendo marxista, aunque sea de altos ingresos.
Cuando el expresichente le exige a su pupila de las gelatinas millonarias, que quite los programas sociales y obligue a trabajar a los huevones, se refiere por supuesto a campesinos, clasemedieros y proletarios, y no a los oligarcas a los que representa. Y lo más bonito, es que resulta tan genuino y esclarecedor, es que en lugar de andar inventando jaladas sobre la repartición equitativa de la riqueza, lo que Fox realmente desea es que le regresen su pensión para seguir padroteando de lo lindo, porque con su voracidad esa pensión la va a exigir hasta retroactiva.
O sea, no puede ser más admirable que, en un mundo de seudoindigenistas, dizque trotskistas, ecologistas de ocasión y parientes pobres del humor, mi Chente diga la veldá veldá.