Después de mucho meditarlo y con toda probabilidad arrepentida de haber peluseado a los de Vox como peluseó a Santi PRIL, Kinky Téllez anunció en un discurso dicho en algo remotamente parecido al español que los derechosos, conservadores y pinochetistas no deberían estar avergonzados por ser lo que son. Entendió que no podía seguir permitiendo que Lalito Verástegui, autodenominado cristero y heredero de la madre Conchita, le siguiera diciendo “derechita cobarde” al prianchuchismo que ella dice encabezar. Como que sintió que tenía que sacar del closet a los ultraderechairos de la patria que casi ni tienen pasiones autoritarias que harían palidecer a Somoza, Stroessner, Idi Amín Dada y MobutuSeseSeko.
Algo absolutamente innecesario porque por más que han querido mostrar un rostro buenaondita, democrático e incluyente, el conservadurismo nacional que simboliza la señora Téllez ha mostrado desde el principio su vocación medieval, conservas en almíbar y derechairosférica a profundidad.
Y qué mejor ejemplo de todo esto cuando el PAN y su fanaticada se enternecieron ante la coronación de Carlos III. No veía tan entusiasmados a los blanquiazules desde que el subjefe Diego armó lo de Punta diamante. Bueno, hasta querían convertir la sede del PAN en una sucursal de la Abadía de Westminster, mientras experimentaban algunas formas impropias del orgasmo cuando mi Charly y mi Camy, desde el interior de una carroza cuajada en oro, miraban hacia el naquerío haciendo carita de fuchila.
Claro, el mejor momento fue cuando aparecieron en la escena los mirreyes de España y luego luego el prianchuchismo y el siempre nostálgico krauzismo en pleno, hicieron un ribirisco y se postraron de hinojos viendo hacia el Valle de los caídos. Por supuesto, algunos lúcidos pensadores del conservadurismo derechoso alegaban que Carlos III era un demócrata verdadero, más incluso que su héroe Lorenzo Córdova y, por supuesto, que AMLO que es un dictador comunista venezolanizante. La única dictadura buena es la del Cártel Inmobiliario del PAN que le quita a la clase media para darle a la clase media alta panista.
Y eso que nadie lo eligió, nadie votó por él y cada vez más se escucha el grito de “¡Ese no es mirrey!” Esa coronación estuvo más arreglada que esta pelea del Canelo que estuvo más arreglada que todas las peleas del Canelo.
Lo único malo es que la señora Téllez haya recurrido a Séneca para apuntalar su rollo, qué culpa tenía el filósofo.