Yo, que que vengo siguiendo las elecciones desde Porfirio Díaz, no había visto tal cantidad de afluencia en las casillas. Y como fui a votar en la zona blanquiazul, hasta pensé que los del cártel inmobiliario estaban regalando zotehuelas de interés sensual.
Fue bonito detectar cómo el sector opositors, siempre sacando lo mejor de sí, empezó a mover encuestas peor de chafas que las de Masive Caller, donde ganaba Lady X por 80,000 para echarle lodo a las elecciones. Y ahí están los intelectuales derechairos, experimentando chiripiorcas y el telele, casi casi pidiendo golpe de Estado.
Admirable que ante la inminente debacle, Claudio XXX sacó fuerzas de la flaqueza para generar escándalo, ruidos, noticias falsas y narrativas de humor involuntario, pasándose por sus destos todas las normas, vedas y protocolos, ya bien calderonalizado.
Al momento de escribir esta columna que tiene algo de Cruz y del pantera, el triunfo de Claudia Sheinbaum estaba tan claro como el de Clara, tanto, que las televisoras interrumpían el dudoso discurso de la candidata del huipil para hacer semblanzas sobre la candidata de Morena.
Ahí sí, no se podía creer que después de meses de estar en campaña y con una trayectoria, Xóchitl Gálvez todavía aparecía tan torpe y atropellada como cuando fue a votar (cualquiera diría que estaba jugando al dónde quedó la bolita), e incapaz de improvisar un discurso que tendría que por tramposo y triunfalista no requería de teleprompter. No vas a decir que tú eres la muy muy y la mera mera, leyendo un guion además escrito con las de caminar.
Lo mejor fue la aparición de los líderes del PRIANchu, Alitiitito Moreno, Mr. RoBotox, Markitititititito Cortés y lo que queda de Zambranititito, queriendo censurar a los medios. Esos medios que con los recuentos del PREP, ya vislumbraban el triunfo de Claudia Sheinbaum y Clara Brugada. Y alegaban en algo muy remotamente parecido al español, que ellos tenían más y mejores datos (que curiosamente nunca los mostraron, blofeando cual ludópatas sin poker face) y que sin duda su campeona había ganado. La misma señora que a la menor provocación y en plena veda electoral se autonombraba presidenta de un país y un continente.
Ante los resultados un poquitín adversos, sí fue conmovedor ver las caritas compungidas de Alazraki y los paleros de Alazraki como Pedro Ferriz y Lupita Loaeza; pobrecitos, echaban lagrimas negras por la inmensa pena de su extravío electoral.
A llorar a su casa.
