Los migrantes enfrentan diferentes complicaciones, entre ellas, la falta de inclusión financiera, es decir, carecen de cuentas bancarias para mandar sus recursos económicos a sus familiares.
De acuerdo con el estudio “Informe de Cultura Financiera: Inclusión y Remesas en el Noreste de México”, realizado por investigadores del Tecnológico de Monterrey, en conjunto con la Agencia de la ONU para los Refugiados, más de la mitad de los migrantes carecen de cuentas bancarias, situación que los obliga a utilizar dinero en efectivo para el pago de servicios y bienes.
El estudio revela que los migrantes que pasan o ya viven en México, están interesados en contar con servicios bancarios, sin embargo, la falta de documentos les impide ser reconocidos; además, sienten el rechazo de las instituciones.
Al menos, seis de cada 10 personas en situación de movilidad recibieron una negativa por parte de trabajadores de instituciones bancarias, a pesar de que las regulaciones mexicanas permiten abrir cuentas básicas con documentos como la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias.
Dentro de los migrantes que carecen de servicios financieros se encuentran aquellos que están trabajando en sectores productivos y que cuentan con educación media o superior.
El panorama de rechazo a los migrantes en instituciones bancarias afecta a las familias y a la economía en general. De alguna forma, el envío de remesas podría realizarse por medios formales y seguros; sin embargo, al final, los migrantes están optando por terceros para mandar sus recursos.
Ante la situación, la investigación propone realizar los trabajos necesarios para adaptar los procesos bancarios a documentos migratorios reconocidos, situación que no puede ser catalogada como una concesión, sino como una medida necesaria para reducir desigualdades, fortalecer la autonomía económica y contrarrestar la llamada informalidad financiera.
Los migrantes, es decir, personas en movilidad, ya sea solicitantes de asilo y refugiados, la posibilidad de contar con una cuenta bancaria se traduce en evitar ser víctimas de abusos y, al mismo tiempo, manejar sus propios recursos sin necesidad de intermediarios.