Política

Lecciones de la elección 2024: La ruta de Ricardo Sheffield (i)

…Cada vez que me he encontrado en una encrucijada, en un momento de indecisión, regreso a él y le hablo: acudo al tribunal en que se desarrolla su juicio imaginario y le preguntó qué hacer. Hidalgo que es un padre cariñoso, siempre ha sabido darme una lección, señalarme por qué ruta caminar…

“La ruta del cambio”, autor Ricardo Sheffield (2022)

Entre emociones y posturas

El proceso electoral del 2024 ya tiene su lugar en la historia. No solo es un tema de números, detrás de las cifras obtenidas por partidos y candidatos tengo la seguridad de que hay narrativas que valdrá recuperar en su honesta dimensión para un mejor y objetivo análisis de resultados, tiempo al tiempo.

En este espacio escritural, me he propuesto elegir y destacar algunos actores y eventos que identifico como protagonistas relevantes en el presente proceso. Estoy consciente que puede haber divergencias en torno a mis elecciones, celebro desde ahora la variedad de pensamientos y plumas que incluirán a otros personajes y hechos en la recuperación de un conjunto de micro historias, de las que apenas comenzamos su recuperación y posterior sistematización, en lo que ya se denomina la historia política electoral de Guanajuato.

Una historia, de suyo, viva y siempre en movimiento. Los perdedores de ayer son los ganadores de hoy, por ejemplo. A los que dieron por muertos, resucitaron, y se confirmó aquello de qué los enemigos nunca fueron pequeños. A estas lecciones se suma aquello de qué la historia es cíclica, nos presenta hechos antes conocidos, la política es de quien la trabaja, porque de la política nadie se sale, te sacan.

Más allá de filias y fobias intrínsecas a la diversidad ideológica y de otros intereses, tengo la seguridad de que a dos semanas de la esperada jornada electoral tendremos coincidencias y debates prolongados en espacios familiares y comunitarios que abrazan expectativas, temores, inconformidades y celebraciones que asumimos como propias. Las elecciones en el imaginario colectivo no concluyen con entrega de constancias o toma de protestas, por el contrario, continúan como posibilidades vivas de lo que pudo haber sido y de las dudas razonables en torno a resultados y el futuro imaginado.

Seguramente esto se ha dicho antes, lo recupero para este 2024, estas elecciones y sus complejidades dan materia de problematización para los siguientes tres años en los que nuevamente llegaremos a las urnas y entonces repetiremos con (des) memoria “nos encontramos frente a un proceso electoral histórico”. Desde que en este país se tienen acceso a las urnas, todos los procesos han sido históricos para la generación que lo nombra.

Un buen líder sigue su propia ruta: aprende de los otros, pero sabe abrirse su propio camino

Conocí a Ricardo Sheffield en el 2018, él era candidato a gobernador por MORENA y yo había sido invitada a participar como candidata a diputada en el distrito 4 federal. Lo recuerdo entonces como un hombre afable, activo, siempre en movimiento y rodeado de un equipo de tres o cuatro varones que siempre le acompañan, su equipo cercano. Hombre de buena memoria se dirige a las personas por su nombre al momento que le son presentadas, habla rápido, ve a los ojos y va “directo al grano”, para de forma inmediata acelerar su paso a lo que sigue, esta última cualidad la hace extensiva a varias prácticas de su vida.

Si bien, en aquel momento no acepté participar de alguna candidatura eso no impidió que continuará teniendo contacto con él y entonces confirmar muchas de mis impresiones primeras; movimiento, estrategia, disciplina y pensamiento rápido, ese es Ricardo Sheffield. Un político formado por las experiencias buenas y las malas la real politik, recuperando lo que él reflexiona a propósito de Hidalgo, héroe histórico referente en su carrera política que al día de hoy abarca más de 30 años,

…No hay una sola transformación social, en ninguna época de la historia ni en ninguna parte del mundo que haya ocurrido de la noche a la mañana, nomás porque llovió. Se necesita la acumulación progresiva, constante e ininterrumpida de agravios para que una piedrita, que por sí solita es muy pequeña, finalmente le llene el buche al ave… (La ruta del cambio, página 66)

Habremos de recordar que en el 2018 recién se incorporaba al partido MORENA cuando contendió a la gubernatura, una apuesta que le permitiría poner el pie en la puerta de una política estatal con hegemonía panista. La apuesta fue acertada, lo dice el tiempo, lo confirman las urnas y su reciente victoria con la que llega al Senado con más del 43% de los votos. Seis años bastaron para que abriéndose su propio camino desplazará en preferencias electorales a un ex gobernador al que se le ubicaba, hasta antes del 2 de junio, como uno de los ex gobernadores panistas más queridos. Ricardo y su victoria replantarían la narrativa con la que se presentaba así mismo un Miguel Márquez, ex gobernador que olvidó que en política como en la vida, sabía virtud reconocer el tiempo-

Apenas tres años antes, el recién llegado –expresión común “entre morenos” que apela a la superioridad de las y los fundadores, y que en el fondo y en la superficie, expresa una nostalgia patrimonialista ante las nuevas presencias– estableció las condiciones para tener una mayoría de alianzas y voluntades al interior de su partido. Era 2021, y en la selección de nuevos integrantes del Consejo Estatal, órgano de dirección partidista, el número de consejeros, las posiciones de decisión y representación eran de origen “shefilista”. Un Ricardo Sheffield que en poco tiempo “leyó” las reglas de juego de un partido que en su transición inacabada de movimiento a partido urgía de liderazgos estructurados, no había otra forma de ser oposición. Sin líder, sin estrategia y recursos no hay estructura. Stephen Covey, uno de los autores referentes de Ricardo lo propone en uno de sus siete principios, “tercer hábito: establezca primero lo primero”.

Lo primero fue tener el control del partido, lo construyó en el Consejo y en casi los 46 municipios, en algunos territorios con mejores resultados que en otros. Así llegó al proceso electoral del 2024, con su estructura, la que no tuvo a su llegada en el 2018, donde encontró un partido debilitado y lejos de ser considerado una opción opositora, no era negocio ser oposición. Un partido morenista con una familia de dueños fundadores que encontraron las ganancias en las perdidas no había necesidad de ganar, organizar, ni crecer, ni estructurar perdiendo se gana.

Donde los demás ven un desastre, un buen líder ve una razón para cambiar las cosas

En el año 2023, Ricardo presentará su segundo texto “La ruta de Hidalgo, siete reglas para gobernar y transformar”. Un libro que se presentó en aquel momento como un texto intimo que presentaba la conciencia del autor en sus rutas de vida y políticas elegidas.

Un autor de mirada intensa y atento a las participaciones de sus comentaristas dio pauta para destacar que ese libro escrito para un trabajo final de preparatoria resultó un texto que entre líneas destacaba la tenacidad, irreverencia y capacidad de creerse a sí mismo de un joven abogado que ya aspiraba a ser político profesional. Un político de perfil disidente y transgresor por donde ha caminado. Un político que quiso y quiere ser Gobernador, hoy desde el Senado me atrevo a pensar lo imagina como una posibilidad que no se descarta, los recientes resultados electorales obtenidos son un insumo que alimenta la estrategia de un político que no sueña, diseña rutas. Al decir esto último recuerdo el acomodo de sus espacios donde suele dar audiencias, orden y rigurosa estructura, cada objeto en su espacio, en sus palabras, siempre pienso en los propósitos de cada acción.

Sin ser su objetivo presentar una rigurosa biografía del cura Hidalgo, el político-autor se enfoca en seleccionar aquellos principios que ubica como los principales en la ruta trazada para lograr el camino independentista. Hidalgo como Sheffield, hombres de ambiciones, detractores elegidos, otros involuntarios e incuestionables posibilidades para el logro de sus propósitos se enfrascan en un dialogo a través del tiempo para intercambio de lecciones, un espejo para reconocerse. Se reconocen tercos, necios, hábiles y capaces de replantearse las ocasiones que sean necesarias.

En el caso de Ricardo, le bastaron seis años para llegar, colocarse, apropiarse y establecer su ruta en un partido al que llegó con sus propias reglas. Su caminar previo le forjo carácter, escuela y estilo propio. Llegó a MORENA como un político formado, de ahí que pudo identificar el plan de intervención para un partido/ (muy) partido. Su crecimiento desde lo local hasta lo nacional, no es un asunto de suerte, sí de estrategia. Como actor público no escapa a las voces detractoras quienes lo señalan como un político estridente, iracundo y frontal. Curiosamente, en muchos de estos señalamientos se encuentran sus principales fortalezas. De la etapa “de los prieto” a la etapa “sheffilista” el cambio de reglas, transformó la ruta, el número de votos y los territorios ganados. La historia de MORENA , como la de Ricardo, se seguirá escribiendo en Guanajuato, tres años y seis años para siguientes capítulos de un partido y de un actor de fuerzas y resultados impredecibles.


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Iovana Rocha
  • Iovana Rocha
  • Activista insistencialista, feminista de lo cotidiano y aprendiz de la prosa intimista. Escribo sobre las historias de vida de las otras mujeres como un acto de justicia y transgresión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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