Fue una noche a mediados de 2006 en el vestíbulo del teatro Jorge Negrete. Acababa de terminar la develación de placa por un centenario más de representaciones de Confesiones de mujeres de 30, en la que triunfaba, como siempre, Lolita Cortés, quien lo había invitado a ver la función.
Ahí estaba él; rodeado de fans. Morris Gilbert, siempre a la caza de talentos me preguntó quién era. Rápidamente le conté que hace apenas un año había ganado el primer lugar en La Academia, que cantaba muy bien y le sugerí invitarlo a protagonizar el musical Bésame Mucho, que estaba ya en sus últimos meses de temporada.
Al productor le gustó la idea. Me acerqué a aquella muy joven celebridad, no llegaba aún a los 20 años. Le hice extensiva la invitación, que le fascinó.
Al otro día se presentó en el teatro donde triunfaba Bésame mucho. Me contó que meses atrás había estado en ese lugar, acompañando a su entonces novia (la siempre recordada Hiromi); habían ido a ver José el soñador, y desde entonces anhelaba con estar en una puesta en escena.
El sueño se le cumplió. A las pocas semanas debutó en Bésame mucho, haciendo un doble personaje. Sus 10 funciones iniciales se triplicaron pues su presencia en el escenario se volvió de inmediato un imán en taquilla.
Un año después aceptó el reto de participar en Orgasmos, la comedia, que según sus propias palabras, fue “un taller exhaustivo de actuación”.
Inmediatamente después fue llamado nuevamente por Gilbert para estar como invitado en La Bella y la Bestia, donde por cierto compartió el escenario con su mentora: Lolita Cortés. Un año más tarde, debutó en el musical Mamma Mia!, en el personaje de Sky, que le valió el reconocimiento como mejor co-actuación Masculina del Año.
Dos años después, “reapareció” El Rey León en su vida, pues ha contado que su interés por interpretar a Simba viene desde su infancia cuando vio la película a los 8 años, siendo el primer disco que compró un karaoke de canciones del filme, además de haber ganado en La Academia, con la interpretación de Esta noche es para amar, uno de los temas centrales del musical.
Al enterarse que El Rey León sería montada en Madrid intentó infructuosamente registrarse vía internet al casting; sin embargo, días después recibió, nuevamente vía Morris, le llegó la invitación para hacer una prueba en video; luego vino el llamado para audicionar en vivo en España, en una competencia con más de diez mil aspirantes de todo el mundo. Y finalmente él obtuvo el papel de Simba al que dio vida en más de mil funciones, primero en Madrid y luego en México...
Ahora, como toda buena historia, Carlos vuelve a ese momentum inicial. Descubrió el teatro con José el soñador, ahí en los teatros de la esquina de avenidas Chapultepec y Cuauhtémoc. Hoy, el joven Rivera, convertido en la gran estrella que todos hemos atestiguado, protagoniza José el soñador, y no sólo es la estrella, sino también es productor asociado del montaje.
Por los múltiples compromisos de Carlos, el musical estará sólo este mes de marzo en temporada.
¡Querido Carlos, felicidades por tus enormes logros!
