El libro “La máquina del tiempo” del escritor inglés H. G. Wells (Herbert George Wells), publicado en 1895, es una historia fantástica que para la época es novedosa, propone que el tiempo es la cuarta dimensión y viaja al futuro por él. Debemos decir que para los humanos la cuarta dimensión, por ahora, no es posible, porque somos seres tridimensionales. Aunque en física se hace referencia al espacio-tiempo como la cuarta dimensión de acuerdo a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Aseguran los expertos: “Los humanos solo percibimos el entorno en función de longitud (largo), latitud (ancho) y altitud (alto). En otras palabras, podemos identificar izquierda y derecha, adelante y atrás, arriba y abajo. Pero la imposibilidad humana de poder experimentar físicamente esta dimensión no ha frenado a los científicos de imaginarla o incluso, de intentar demostrar su existencia. Nos dice el cosmólogo Andrew Pontzen: “Puedo describir matemáticamente a la cuarta dimensión, pero no la puedo señalar.”
El género es ciencia ficción, nombre atribuible al editor de la revista Amazing Stories, Hugo Gernsback (1926). Relata sucesos posibles en mundos imaginarios, en el presente, pasado o futuro. Los personajes son humanos, humanoides, animales u objetos con vida. Se considera precursores de la ciencia ficción a: H. G. Wells, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Cyrano de Bergerac, más siempre diremos que la madre de la ciencia ficción es Mary Shelley con Frankenstein (1818).
El viaje que hace con su máquina el personaje principal de la novela llamado a secas, Viajero del Tiempo, lo relacionamos con los “navegantes de las estrellas” los astronautas y la astronáutica: del griego, astron, estrella y nautes, navegante. Ciencia que estudia: “La teoría y práctica de la navegación más allá de la atmósfera terrestre. Se basa en el estudio de las trayectorias, exploración y supervivencia humana en el espacio exterior. Abarca el diseño y construcción de naves espaciales y plataformas de lanzamiento. La astronáutica ha creado nuevas disciplinas como la: astrodinámica, astrogeofísica o la astroquímica.”
Entremos en la obra, el Viajero del Tiempo es un científico que cuestiona los conceptos de su época de cómo se pueden hacer viajes en el tiempo, en una cena con amigos, justifica: “Existen en realidad cuatro dimensiones, a tres llamamos, los tres planos del espacio, más una cuarta, que es el tiempo. Sin embargo algunos individuos superficiales han entendido las cosas al revés. No hay diferencia entre el tiempo y las otras dimensiones, nuestra conciencia se mueve a lo largo del primero. Se mueve intermitentemente en una dirección, desde que empezamos a vivir hasta que morimos.”
Los asistentes se burlan. Objeta que ya ha realizado ensayos. Muestra un pequeño aparato, mueve una palanca y desaparece. Todos creen que fue un truco, piden más pruebas, los cita para otra ocasión.
Llegan a la cita pero no está. Lo esperan horas. De pronto aparece lleno de suciedad y heridas, su estado es deplorable. Pide un momento para bañarse y contar porqué está así.
Comenta que ha viajado al futuro, año 802.701, hallando dos grupos de humanos en decadencia: los Elois que vive en la superficie, pálidos, de baja estatura, amables, poca inteligencia, con lo básico para la vida. Y los Morlocks que habita el subsuelo, en total obscuridad, con pelaje blanco, casi simios, se alimentan de los de arriba como su ganado. Los Morlocks cuando él llega, le roban la máquina, para recobrarla tiene que luchar contra ellos. La recupera con gran esfuerzo y continúa su viaje hasta que en la tierra solo moran gigantes cangrejos, más al futuro ve que el sol está a punto de explotar y regresa. De nuevo no le creen, solo trajo dos flores.
La obra termina cuando un amigo lo visita, lo ve con una cámara fotográfica, le pide que lo espere y entra al laboratorio. Como no sale, lo busca. Ve que la maquina no está y solo hay polvo. Señala que son tres años ya de su desaparición.
Hugo G. Freire