Desde 2020 hablamos de la persecución iniciada por Manuel Andrés López Obrador MALO, y continuada por Gatell, en contra de los laboratorios PISA. Ahora nuevamente se intensifican los ataques, queriéndolos culpar de un problema que en tres años no ha podido resolver el gobierno federal, ya que la falta de planeación, previsión y conocimiento de los funcionarios de este sector, aunado a la terca posición y desinformación de MALO, provocó un terrible desabasto de medicamentos básicos para la vida de muchos pacientes a lo largo y ancho de nuestro país. Como siempre, son incapaces de reconocer errores y han tratado infructuosamente de culpar a PISA de crear artificialmente un desabasto de un producto básico para los niños con cáncer, el “metotrexato”, al grado que MALO, desde el púlpito de las mañaneras, atacó a esta farmacéutica, inclusive tratándola de culpar de la muerte de todo tipo de pacientes, acusándola de conspirar para provocar un desabasto de medicamentos en todo el país.
En Puebla, tres niños murieron supuestamente por reacciones adversas del metotrexato, más no por el producto en sí, sino por la forma en que fue suministrado. Las autoridades sanitarias aceptaron que las muertes no se generaron por mala calidad del medicamento, pero la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), inmediatamente efectúa una verificación, en la que confirman que el medicamento no presentaba ningún defecto ni estaba contaminado; no obstante, supuestamente por fallas administrativas se impuso a PISA una clausura que luego levantaron. El Sector Salud estimaba que contaban con suficiente medicamento para hacerle frente a las necesidades, pero no se dieron cuenta que los otros laboratorios ya no lo fabricaban, al dejar de ser rentable su producción.
Intentaron entonces salir a comprarlo al extranjero, con una doble consigna: urgente y barato, imposible en un momento de crisis y, hasta la fecha, no lo han adquirido.
Ante la primera protesta de los padres de los niños en el Aeropuerto de la Ciudad de México la respuesta de las autoridades fue ordenar a PISA que entregaran de inmediato lo que tenían en bodegas. El titular de COFEPRIS mintió señalando no tener el medicamento asegurado, cuando el laboratorio precisó la imposibilidad jurídica de hacerlo por el aseguramiento, le mal informan al presidente que el laboratorio se niega, situación falsa, insisto, por los sellos de la COFEPRIS, desatando así los ataques al laboratorio jalisciense, donde no solo lo acusan de prácticas monopólicas, sino, además, de que escondió y trató de chantajear al gobierno de la “CuatroT”.
Solo bastaba con levantar los sellos que impedían llevar a los centros de salud las dosis de metotrexato ubicadas en los almacenes de PISA y no mentir. En más de un año de esta política criminal se hubieran evitado muchas muertes de vidas inocentes. Tuvieron que importarlo tarde para muchos, más caro y seguirán atacando a PISA y a los padres de familia de “golpistas”.
Héctor Romero
hromeroipad@hotmail.com
