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No basta con el crecimiento

  • Economía empática
  • No basta con el crecimiento
  • Héctor Farina Ojeda

La dinámica latinoamericana parece haber vuelto a sus cauces normales luego de los años pandémicos: la región tendrá un crecimiento de entre 2 y 3 por ciento en los siguientes dos años, de acuerdo a las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto hay que ubicarlo en el contexto de la desigualdad entre los resultados de los países, así como en las propias desigualdades económicas y sociales internas de cada país. Mientras países como México y Brasil han mejorado notablemente sus proyecciones, en el otro extremo se debate Argentina, el país de la hiperinflación, el decrecimiento económico y el nuevo gobierno de extrema derecha.

La alusión al crecimiento lento hay que ubicarla en el contexto de la región más desigual del mundo, que tiene más de 200 millones de personas en condición de pobreza, por lo cual requiere de un dinamismo económico importante que permita no sólo incrementar la producción de riqueza sino mejorar su distribución para que los beneficios lleguen a los sectores necesitados. Con una generación de riqueza moderada no alcanza ni para mover mínimamente los números de la pobreza, ya que la concentración de los ingresos es tan grande que la vieja idea de la “derrama” es más romántica que real.

De acuerdo a los cálculos de la OCDE, los países que tendrán un mejor desempeño en 2023 son Costa Rica con 5.1 por ciento de crecimiento, México con 3.4 por ciento y Brasil con 3.0 por ciento. En el otro extremo, el más complicado será Argentina con una caída de 1.8 por ciento, mientras que Chile y Perú se quedarán estancados con un crecimiento cero. Para 2024 Costa Rica aparece a la vanguardia con un pronóstico de 3.5 por ciento de crecimiento, seguido por México con 2.5 por ciento y Perú con 2.3 por ciento de repunte. En el plano negativo, ahí seguirá Argentina con una caída de 1.3 por ciento.

Siguiendo la tendencia proyectada por la OCDE, nos encontramos ante economías que no tendrán la suficiente generación de riqueza para incidir de manera importante en los grandes problemas como la pobreza y la desigualdad. Si bien México será uno de los países más beneficiados, sobre todo por las inversiones provenientes de la relocalización de empresas y la recuperación del mercado estadounidense, el repunte enfrenta el problema de la distribución: como se trata de grandes inversiones, seguramente los beneficiarios serán los grandes inversionistas y, en menor medida, llegarán algunas bondades para el resto de la población.

No se trata de mirar al futuro para adivinar lo que puede pasar sino de mirar al pasado y los males endémicos que no se han corregido: la desigualdad, el rezago educativo, la mala distribución de los ingresos, la precariedad de los empleos y la escasa movilidad social limitan cualquier mejoría. El gran reto de fondo sigue siendo nivelar la cancha y hacer que millones de personas tengan al menos la oportunidad de conseguir un buen empleo, mejorar sus ingresos y salir de la pobreza.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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