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Los precios aprietan, la recuperación afloja

  • Economía empática
  • Los precios aprietan, la recuperación afloja
  • Héctor Farina Ojeda

Por novena quincena consecutiva la inflación se mantuvo por encima del rango objetivo considerado como ideal por el Banco de México. En la primera mitad del mes de julio los precios de los productos de consumo básico subieron en un promedio de 5.75 por ciento, mientras que el rango objetivo es de más o menos 3 por ciento. Esto significa que el encarecimiento del costo de vida se mantiene por encima de lo recomendado para la economía, con las consecuencias que ello trae en un contexto de recuperación. Y aunque se sostenga de que se trata de un fenómeno temporal debido a la suba de los energéticos, el impacto es duro y directo para las personas que se encuentran en situación de pobreza, que perdieron sus empleos y que no cuentan con recursos para cubrir sus necesidades.

En la jerga económica suele decirse que la inflación es un impuesto a la pobreza porque cuando los precios de los productos básicos suben, son los que menos recursos tienen los que terminan cargando con el mayor peso al no poder hacerle frente a las subas. No significa que los de mayores ingresos no sean afectados, pero al contar con recursos suficientes pueden absorber los costos y continuar con su ritmo de vida sin mayor sobresalto. Por lo tanto, si hablamos de que comprar productos necesarios es 5.75 por ciento más caro que el año pasado, precisamente luego de la caída económica más importante en 90 años, eso equivale a decir que millones de personas no podrán asimilar la suba y empeorarán sus condiciones de vida.

Y no se trata de un dato aislado sino que adquiere relevancia en el contexto de una recuperación económica que se está desacelerando, de la lenta recuperación de los empleos que se perdieron durante la pandemia -todavía faltan 438 mil puestos para llegar a los niveles de febrero de 2020- y sobre todo de una característica endémica de la economía mexicana: la riqueza se distribuye de manera altamente desigual, por lo que cuando hay un crecimiento importante, generalmente los beneficios se concentran en pocas manos y difícilmente llegan a los sectores que más lo necesitan. El escenario es complejo: es una economía desigual, la pobreza se incrementó fuertemente en 2020, se perdieron millones de empleos y la recuperación es lenta e inequitativa.

En economías globalizadas e interdependientes es muy romántico pensar que se pueden controlar los precios, aunque sí se puede hacer algo fundamental: incentivar la generación de empleos que favorezcan a los sectores necesitados, así como buscar la forma de recuperar el poder adquisitivo de la gente, es decir que tengan mejores condiciones para enfrentar el costo de vida. Tanto el trabajo, los créditos, los incentivos, las inversiones y los apoyos deben ser apuntalados para que la recuperación sea más equitativa, para que no se trate sólo de indicadores sino de personas. Es en lo social en donde debe consolidarse la economía porque es ahí en donde están la pobreza, la desigualdad, la precariedad y los malestares. No es cuestión de precios ni dinero, es la gente. 

@hfarinaojeda


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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