
Hablamos de una estadística inquietante y alarmante. Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial, alrededor de 2 mil 100 millones de personas, depende de combustibles que causan polución aérea para cocinar sus alimentos. Combustibles ineficientes para cocinar están asociados a importantes riesgos para la salud, provocando enfermedades y muertes. La contaminación del aire en los hogares es responsable de alrededor de 3.2 millones de muertes al año.
La solución para superar este trágico desafío es clara: incentivar el uso de combustibles limpios para cocinar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado diversas directrices sobre qué constituye un combustible limpio. Para cocinar, se trata de un combustible o tecnología que alcanza los niveles de partículas finas y monóxido de carbono recomendados sobre la base de los estándares mundiales de calidad del aire. Algunos ejemplos incluyen energía solar, biogás, gas natural y gas licuado de petróleo (LP).
La importancia del gas LP para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 de la ONU, parte del cual busca lograr el acceso universal a mecanismos limpios de cocción para el año 2030, ha sido enfatizada por múltiples actores. De hecho, el gas LP se considera como la principal solución para materializar dicho objetivo, y aumentar el acceso a estufas y cartuchos o tanques ha sido esencial para el progreso alcanzado hasta la fecha.
Los beneficios de este gas resultan evidentes. Su uso directo emite, en promedio, la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en comparación con el uso tradicional de biomasa. Las estufas de gas LP también son prácticas y fáciles de transportar, además de contar con una alta eficiencia energética.
Cerca de 60 por ciento del gas LP que se produce a escala mundial proviene directamente de yacimientos de petróleo y gas. A lo largo del proceso de refinación del petróleo también existen varias etapas de producción de gas LP, por ejemplo, durante la destilación atmosférica, el reformado y el craqueo. A escala global, alrededor de 40 por ciento del gas LP se genera como un subproducto del proceso de refinación petrolera.
En sus contribuciones a la hoja de ruta de la presidencia de Brasil del G20 sobre la Estrategia de Cocción con Mecanismos Limpios en 2024, así como la labor de la actual presidencia sudafricana del G20 sobre el tema, la OPEP ha resaltado el papel que el gas LP puede desempeñar para mejorar la calidad de vida y la salud, así como en la reducción de las emisiones de GEI.
La OPEP promueve políticas y programas para impulsar, financiar e implementar proyectos que supongan la expansión del uso del gas LP a lo largo de diversas regiones y países. De igual forma, los miembros de la OPEP han desempeñado un papel muy importante en este ámbito, a través de iniciativas como el Programa de Sostenibilidad Petrolera y la Hoja de Ruta de los Mecanismos de Cocción Limpia.
Debido a que la producción de gas LP está integrada en la cadena de producción de la industria de petróleo y gas, satisfacer la creciente demanda requiere estabilidad en el mercado petrolero. Se proyecta que la demanda aumentará 1.4 millones de barriles por día entre 2024 y 2050, para alcanzar más de 11.7 millones hacia 2050.
Todo esto resalta la necesidad de una mayor inversión en la industria de petróleo y gas, dado el papel central del petróleo y sus derivados, como el gas LP, en muchos aspectos de nuestra vida moderna. La OPEP ha llamado a promover y asegurar inversiones oportunas y suficientes en la industria petrolera. Nuestro informe Perspectivas Mundiales del Petróleo 2025, publicado en julio, estimó que las inversiones acumuladas requeridas en la industria petrolera ascienden a 18.2 billones de dólares para 2050. Estas inversiones serán cruciales para garantizar la seguridad y aliviar la pobreza energéticas.
El gas LP, como producto, puede resultar vital para garantizar el bienestar de los grupos más vulnerables de la sociedad. Puede salvar vidas. Esperemos que en 2030 el mundo pueda celebrar el logro del acceso universal a combustibles y tecnologías limpias para cocinar. El gas LP y las industrias de petróleo y gas serán fundamentales para hacer realidad esta visión.