En la NFL existen equipos que son creados para aspirar pronto a un campeonato, le invierten en un buen entrenador, hacen buenas selecciones y encuentran un quarterback franquicia, sin embargo ello no garantiza campeonatos y por tanto es momento de cerrar una etapa e iniciar otra, aun y cuando tienen talento para competir dignamente, tal y como pasa con los Buffalo Bills y los Ángeles Chargers.
Tanto Buffalo, como Los Ángeles son dos buenos equipos, con mucho talento en ciertas líneas, pero su talento se les hizo viejo y caro, por tanto sus equipos preferireron darle la vuelta a la página e iniciar una nueva etapa, conservando solo algunos jugadores, pero sabiendo que no pueden mantener jugadores costosos y que no representan la diferencia para aspirar al siguiente nivel.
La NFL se ha convertido en un ajedrez financiero, aquellos equipos que quieran mantener una buena base de jugadores deben balancear sueldos, negociar con sus estelares y seleccionar bien en el Draft, ahí radica la diferencia entre los equipos que se mantienen como equipos contendientes y aquellos con jugadores estelares que atraen taquilla, pero que no garantizan ganar campeonatos.
En días pasados, los Buffalo Bills dejaron ir a su receptor estelar Stefon Diggs, un jugador que siempre dijeron que era buenísimo, pero que en lo particular creo que aportaba poco al equipo en los momentos importantes, después de brillar intensamente en temporada regular, se apagaba en el momento importante y realmente costaba mucho dinero y no era la diferencia para ganar o perder un partido de postemporada.
Es importante ver los números y el dinero para conformar un equipo, Diggs le costará a los Bills, aún sin jugar para el equipo 31 millones de dólares, la cifra más cara de dinero muerto entre todos los jugadores de la NFL.
Para quienes no sepan, “dinero muerto” en la NFL es el dinero que debe pagarle un equipo a un jugador que ya estará con ellos y que prefirieron deshacerse de él que de mantenerlo, pero que como tenía contrato con ciertas clausulas, el equipo debe cumplir su responsabilidad y le deben pagar parte de su sueldo, aunque ya no pertenezca al equipo.
Buffalo negoció en su momento un buen contrato con Josh Allen, su quarterback estelar quien cobrará 31 millones de dólares en 2024, un salario bastante modesto para un jugador de su calibre, y que si tomamos en cuenta los salarios de los estelares quarterbacks en la liga, los cuales oscilan entre los 40 y 50 millones de dólares, resulta imperdonable para la directiva que deban pagar la misma cifra por Diggs ahora que no estará con ellos, resultado inequívoco de una mala estrategia monetaria.
Buffalo estaba muy cerca de ser un equipo contendiente, si bien no han podido someter a los Kansas City Chiefs, tenían talento para ser considerado un serio aspirante al título de la Conferencia Americana, ahora deberán lograr que sus nuevas contrataciones sean de impacto inmediato para evitar su reconstrucción partiendo de cero.
Por otra parte, Los Ángeles Chargers es un equipo plagado de talento, pero que no saben hacer equipo y aunque brillan en estadísticas se han quedado muy cortos, ya no de llegar al Super Bowl, sino de simplemente competir y ganar el título divisional.
La llegada de Jim Harbaugh marcó de inmediato lo que quiere el equipo, quieren competir y tener posibilidades reales de ganar, se deshizo de jugadores importantes pero muy caros y ahora tendrán capacidad financiera para contratar agentes libres que vengan a solucionar carencias evidentes que tiene el equipo, si no este año si el próximo.
El pasador Justin Herbert es para muchos uno de los mejores quarterbacks jóvenes de la liga, ha mostrado un talento verdaderamente importante, pero también es preciso mencionar que ha venido a menos, en 2020 tuvo 31 pases de anotación y solamente 10 intercepciones, en 2021 tuvo 38 pases a las diagonales y 15 intercepciones, aunque en 2022 cayó a 25 pases de touchdown y 10 intercepciones y en 2023 solamente registró 20 de anotación y 7 intercepciones.
Parte importante para que Harbaugh decidiera firmar con este equipo es precisamente su joven quarterback, quien seguramente con su calidad y con el conocimiento que tiene el entrenador para enseñar a sus quarterbacks, sus números se dispararán de nueva cuenta en este 2024.
Para este 2024, los Chargers decidieron darle las gracias a Keenan Allen, su mejor receptor, así como Mike Williams, otro caro receptor que las lesiones no lo han dejado brillar como se esperaba. También dejaron ir a su corredor estelar por muchos años Austin Ekeler, un versátil corredor muy bueno en terceras oportunidades, pero que firmó con los Washington Commanders, en lo personal creo que sus mejores años quedaron atrás.
A la defensiva mantienen al estelar Khalil Mack y Joey Bosa, dos jugadores veteranos pero a quienes les queda cuerda para encabezar una de las mejores defensivas de la NFL, sin embargo en preciso mencionar que necesitan ayuda en el perímetro y linebackers.
Bills y Chargers difícilmente podrán competir este 2024 con unos Chiefs por el titulo de la Conferencia, sin embargo han hecho buenos movimientos buscando balancear sus líneas y pronto estaremos viendo los resultados, tienen la base, buenos entrenadores y sensacionales quarterbacks para regresar al lugar de favoritos para la postemporada al menos.