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¿Qué podemos esperar en las finales de Conferencia?

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  • Guillermo Herrera Márquez

Este fin de semana sabremos quiénes llegan al Super Bowl LVIII. 

Por ello, quiero aprovechar esta columna para analizar las finales de Conferencia: 

en primera instancia, los Baltimore Ravens reciben a los Kansas City Chiefs en la Americana, y los San Francisco 49ers harán lo propio con Los Detroit Lions por la Conferencia Nacional.

En el nuevo circuito —como le suelen llamar a la Conferencia Americana— llegan los dos equipos más consistentes de la temporada regular: por un lado, el campeón, los Kansas City Chiefs, quienes contra viento y marea han podido ganar y están de regreso en una final de Conferencia, algo ya muy común bajo la tutela de Andy Reid y Patrick Mahomes.

Kansas City ha podido sobreponerse de muchas cosas y, aunque no han jugado tan dominantes como en otras campañas, han sabido ganar y lo han hecho con todo merecimiento. 

Son un equipo muy completo, muy bien entrenado y con jugadores de calidad All Pro.

Si bien es cierto Mahomes es el gran líder del equipo dentro del emparrillado, se ha mejorado a la defensiva y han demostrado algo que tienen los equipos legendarios: 

brillan justo en los momentos importantes, cuando más se les necesita, y han sabido manejar con maestría la presión.

Travis Kelce soprendió la semana pasada, demostrando que aún le queda gas en el tanque, que aún puede brillar y que, si bien es cierto que en temporada regular no lo hizo como acostumbraba, se administró para jugar su mejor partido de la campaña, justo cuando el equipo lo necesitaba.

Cuando Mahomes cuenta con un Kelce inspirado, son un dúo letal en la zona de linebackers, lo cual le permite que sus wide receivers puedan aislarse y correr trayectorias largas, con coberturas hombre a hombre, ya que el ala cerrada atrae mínimo dos jugadores: un apoyador y un jugador de perímetro.

Por su parte, Isaih Pacheco y Clyde Edwards-Helaire son running backs que pueden correr el balón 20 o 25 ocasiones y quitar presión a su quarterback; todo dependerá de que se mantengan sanos y que no resientan las lesiones que han sufrido en temporada regular.

En los receptores solamente veo talento importante en Rashee Rice, un joven de 23 años con mucha velocidad y que es el único que no le deja caer pases a su quarterback.

La defensiva es muy buena. Pudieron ganarle a Josh Allen y los Buffalo Bills, por lo que, si alguien tiene la capacidad suficiente para detener a Lamar Jackson, son precisamente los Chiefs, quienes ya lo han hecho en ocasiones anteriores y quieren repetirlo.

Los Baltimore Ravens, por mucho, son el mejor equipo de la NFL en 2024 hasta el día de hoy. 

Se han visto como una aplanadora que no sólo vence a los equipos, sino que los aniquila con Lamar y compañía.

En 2004, Jackson ha jugado mejor que nunca; ha madurado y ha cargado con el equipo, es el líder que siempre esperaron y está muy cerca de hacer historia. 

Los Ravens lo necesitan y deberá ser estable, consistente, para poder llevar al equipo al siguiente nivel.

A diferencia de años anteriores, Lamar me ha sorprendido, como a muchos. 

No compromete balones en situación complicada; distribuye sus pases y corre cuando puede hacerlo, de manera siempre efectiva; es todo un espectáculo de los jóvenes y modernos pasadores, los cuales, por cierto, no ganan muchos títulos. 

Él quiere cambiar esa historia.

Veo un duelo muy parejo. Ravens es fortaleza, vitalidad y poder; pero Kansas, por su parte, es inteligencia, experiencia y estrategia. Cualquiera puede ganar. 

Quizá el único factor por el que me inclino por Baltimore es que han jugado muy muy bien y serán locales, pero no descarto nunca a Mahomes y compañía, un equipo que se ha vuelto dinastía.

En la Conferencia Nacional también las cosas están muy parejas: San Francisco parece haber tomado un respiro y recuperó su fuerza defensiva la semana pasada, mientras que los Detroit Lions viven su mejor momento en 50 años y no tienen nada qué perder; llegan embalados y muy motivados, lo cual los hace muy peligrosos.

Critiqué a Dan Campbell por aquella decisión de jugársela tres veces por una conversión frente a los Dallas Cowboys —y lo volvería a hacer—, ya que, de ganar ese duelo, hoy la final de Conferencia habría sido en casa de los felinos.

Por otro lado, reconozco lo hecho por Campbell, y con toda dignidad tiene los merecimientos para ganar el premio al entrenador del año. 

Ha resucitado a un equipo muerto como los Lions, les ha traído vida, y la ciudad y la liga los respeta y los reconoce.

Los Lions están en la final de la Conferencia Nacional y mucho de su éxito se debe a su entrenador, pero también a Jared Goff, un mariscal de campo no valorado por Los Angeles Rams, quienes optaron por cambiarlo a Detroit a cambio de Matthew Stafford.

Goff podrá gustar o no gustar a muchos analistas, pero es un ganador indiscutible: 

tiene marca como abridor de 66 y 50 victorias, además de que ha podido reconstruir equipos y hacerlos ganadores después de temporadas difíciles (primero a los Rams y luego a los Lions).

Goff lanza pases cortos, pero efectivos; comete pocos errores y, lo más importante, sus compañeros consideran que con él en el campo le pueden ganar a cualquiera. Así ha sido.

Por aire cuentan con dos brillantes jugadores, bastante buenos y que pueden cargar con el peso del equipo. 

Se trata del wide receiver Amon-Ra St. Brown y Sam Laporta, quienes le dan solidez y fuerza al equipo, y tienen el talento para llegar y ganar el Super Bowl.

Su defensiva es buena, basada mucho en la colectividad y en un juego golpeador y agresivo, con un perímetro que gusta de castigar a los receptores contrarios. 

Les gusta hacerlos pagar el precio, y eso ha provocado diversos castigos de rudeza innecesaria.

San Francisco 49ers, por su parte, son un equipo con muchos jugadores estelares, tanto a la ofensiva como a la defensiva, y, aunque llegan muy golpeados, no dejan de ser peligrosos y buenos.

Como suele suceder cuando un jugador es quarterback de un equipo grande, Brock Purdy siempre está en el ojo del huracán. 

No obstante, el muchacho ha jugado una extraordinaria temporada, se ha visto mucho más maduro que lo que refleja su rostro de apenas 24 años de edad.

Si bien es cierto ha cometido errores que han puesto en peligro a su equipo, también los ha llevado a muchos triunfos. 

Y, al igual que Goff, es un gran líder: la afición de San Francisco, los coaches y sus compañeros, confían en que puede llevarlos de regreso al duelo para disputar el Trofeo Lombardi.

Christian McCaffrey es uno de los running backs más completos que han jugado este deporte. 

Es tan bueno corriendo el balón como recibiendo el pase; es esa clase de jugador que con una buena jugada puede definirte un partido o marcar de 6 puntos. 

Una fortaleza que tiene San Francisco cuando juega y está sano este corredor, es que puede recibir pases en la zona de “flat”; en campo abierto es imparable, es muy elusivo.

Sus receptores son muy buenos. Tienen dos que superaron las mil yardas y se reportan listos para jugar; se trata de su estelar ala cerrada, George Kittle, y Brandon Aiyuk, que es sumamente rápido. 

Se duda que Deebo Samuel pueda jugar; hasta ayer jueves no había entrenado, producto de una lesión en el hombro.

San Francisco en el papel luce superior que Detroit en el sentido de superestrellas; sin embargo, han sido golpeados fuertemente por las lesiones. 

Además de Samuel, han tenido problemas a lo largo de la semana Arik Armstread, ala defensiva, así como el apoyador Dre Greenlaw, el safety Feorfe Odum y el estelar tackle ofensivo Trent Williams. Mientras que Nick Bosa, hasta ayer, estaba descartado para poder jugar, una baja sensible para el equipo.

La defensiva de los “gambusinos” sigue siendo una de las mejores a pesar de las lesiones. Pero no esperemos el mismo dominio que pueden mostrar Deon Deboo sano a la ofensiva, y con Bosa presionando en la defensiva.

En la Nacional visualizo a Detroit más sano que San Francisco; sus jugadores son un poco más jóvenes y eso ayuda a estas alturas de la temporada. 

El estilo de ambos es muy físico y se van a dar golpes con mucha fuerza.

San Francisco es garantía en finales de Conferencia. Son un equipo muy ganador, sin embargo, me gustaría que Detroit pudiera llegar a su primer Super Bowl, y qué mejor que enfrentar a Baltimore, el equipo que mejor ha jugado toda la temporada.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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