Que lejano se ve el año de 1995, la última ocasión en que los Dallas Cowboys levantaron el Trofeo Lombardi, entonces contaban con estelares como Troy Aikman, Emmith Smith, Michael Irving y compañía, hoy sus jugadores estelares están muy lejos del liderazgo de los jugadores legendarios del equipo de la “Estrella Solitaria”.
Actualmente los Cowboys son un buen equipo a secas, con talento suficiente para competir solo con los Philadelphia Eagles por coronarse campeones de la división solamente, hasta ahí les da el talento, ya que Washington Commanders y los New York Giants tienen 15 años en crisis, y no pintan para mejor en el corto plazo.
Desde el 2000 Dallas ha llegado a postemporada en 10 ocasiones, una cifra nada despreciable, sin embargo solamente han ganado 4 partidos en ese período de tiempo, y no han llegado siquiera a una final de Conferencia, por lo cual han estado lejos de aspirar a un título.
Razones y culpables de que no hayan ganado títulos en 28 años han sido muchos los mencionados por sus aficionados, el quarterback Tony Romo, el entrenador Jason Garrett, el entrenador Wade Phillips, incluso ahora Mike McCarthy y el quarterback Dak Prescott, todos menos a quien yo creo que es el verdadero culpable que es el dueño: Jerry Jones.
Si bien es cierto Jerry Jones no dirige al equipo en las laterales, ni tampoco juega dentro del campo, es quien siempre toma decisiones que se reflejan en el campo, algunas buenas pero otras no tanto y que han tenido consecuencias que todos vemos año con año.
En 1993, Jerry Jones declaró ante la prensa que cualquier entrenador podía hacer campeón a su equipo, el cual estaba plagado de estrellas en cada posición, cuestión que desde luego no gustó al entrenador y amigo personal de él Jimmy Johnson, quien después de eso presentó su renuncia y tuvo que se suplido por Barry Switzer, quien solamente pudo ganar un título en cuatro temporadas con el equipo, ahí fue donde inició la debacle del equipo para aparecer en el Juego Grande.
Han desfilado múltiples entrenadores después de la partida de Jimmy Johnson y ninguno ha podido brillar igual, primero el propio Barry Switzer, después llegó Chan Gailey, seguido de Dave Campo, Bill Parcells, Wade Phillips, Jason Garret y ahora Mike McCarthy, todos muy buenos entrenadores de la NFL, incluso tres de ellos incluso han ganado un Super Bowl, pero con Dallas no pudieron hacerlo y no pudieron por una simple razón, no los dejaron entrenar con libertad, no los dejaron contratar a los jugadores que consideraban idóneos, sino debían entrenar a jugadores que el dueño determinaba y consideraba necesarios.
Para muchos, Roger Staubach o Troy Aikman han sido los mejores quarterbacks en la historia del equipo de la “Estrella Solitaria”, sin embargo estadísticamente el mejor ha sido Tony Romo, por ejemplo tuvo en su carrera 248 pases de anotación y solamente 117 pases de intercepción, mientras que Staubach tuvo 153 y 109 respectivamente, Aikman tuvo 165 y 141, sin embargo a diferencia de ellos, Romo no ganó un título y eso nunca se lo perdonarán los aficionados.
En tanto, Dak Prescott ha tenido en 8 temporadas un total de 202 pases de anotación y solamente 74 intercepciones, sin embargo las estadísticas y récords numéricos no ganan títulos, ni garantizan lugares en el Salón de la Fama, y menos en la época del tope salarial.
Me parece injusto culpar a un solo jugador de que un equipo no pueda llegar a un Super Bowl, son 53 jugadores en el roster, juegan 11 a la ofensiva, 11 a la defensiva y otros 22 en equipos especiales, son muchos hombres y no solamente uno es capaz de marcar tanto la diferencia, aunque gane más sueldo que nadie.
Prescott no es el culpable de que el dueño del equipo haya considerado pagarle un sueldo estratosférico, lo mismo que pasó con el running back Ezekiel Elliot, el receptor Dez Bryant o el defensivo DeMarcus Lawrence, todos muy buenos pero con contratos que han devastado al equipo para reforzar líneas donde necesitan inyectar capital y simple y sencillamente no hay disponibilidad financiera, toda vez que ya se gastó en pocos jugadores.
A muchos aficionados de la NFL les molesta cuando se les menciona que no todos los equipos juegan para ser campeones y los Dallas Cowboys son un claro ejemplo de ello, siguen vendiendo muchos artículos promocionales, su estadio es sumamente socorrido para ser rentado para múltiples eventos, y sus jugadores anotan muchos puntos, las gerencias han preferido anotar muchos puntos y jugar espectacular, vender show.
Jones y la gerencia han contratado muchos receptores y corredores de renombre, pero han descuidado su línea ofensiva, que siempre fue una de las mejores de la NFL, sus equipos especiales dejan mucho que desear, y salvo Deion Sanders, no le han pagado buenos sueldos a jugadores del perímetro, sin mencionar a los linebackers, donde el talento solo ha llegado a través del Draft.
Si no fuera por Micah Parsons, las criticas quizás serían más reiteras para Jerry Jones y compañía, pero la selección de este extraordinario jugador defensivo les vino a dar un poco de oxigeno a su unidad defensiva.
Jerry Jones tiene 81 años, y lo mismo que le pasó al “Pomadoso” Al Davis de los Raiders, el tiempo les venció, su conocimiento del football se hizo obsoleto, su manera de dirigir al equipo tuvo éxito, pero lleva casi 30 años sin que los resultados en el terreno de juego se den, la forma en la que se jugaba el juego cuando él era jugador de la NCAA en Arkansas en los principios de los 60’s, tiempos que parecen haber quedado muy atrás, el equipo requiere modernidad, y requiere que cada quien haga lo que sabe hacer, y para lo que les pagan, que es mucho por cierto.