La reconversión del Puerto de Tampico vuelve a ser tema de moda, hoy las nuevas autoridades declaran, aseguran, prometen y presumen que ahora sí, el viejo proyecto de más de tres décadas será una realidad.
Los primeros cimientos de esta intención fueron colocados por un tampiqueño, allá por 1990, cuando antes de ser alcalde de la ciudad por vez primera, ya exponía ante lideres de opinión la imperiosa necesidad de reconvertir el puerto en turístico, me refiero a Fernando Azcárraga López.
Fernando siempre ha reiterado que el puerto jaibo ya dio lo que tenía que dar, por eso se hizo el de Altamira, previendo que el de Tampico iba a quedar obsoleto.
El mismo tiene 14 kilómetros navegables, siempre y cuando se mantengan periódicamente dragados, con costos altísimos de traslado.
Hoy no pueden entrar grandes barcos con muchos contenedores, que es la nueva forma de transporte de mercancías, primero porque son de dimensiones muy grandes y de calado muy profundo, además no pueden dar la ciaboga, que es la vuelta para regresar al mar ya que el rio es muy estrecho para lo largo de esos buques, y por último no hay suficiente espacio en los muelles para almacenar miles y miles de containers.
Para el dos veces alcalde, ex administrador de la aduana y amante de su ciudad, considera que Tampico siempre ha sido un puerto de mercancías a granel y ese tipo de carga cada vez es menos usado.
Y agrega: “Hoy por hoy es un embarcadero bananero y lo ideal es fundirlo con la ciudad como lo han hecho con muchos puertos en el mundo con gran éxito”.
La reconversión depende del gobierno federal, y el impulso que le dé el gobierno del estado, para así lograr la transformación de casi 35 mil metros cuadrados que actualmente ocupa.
En el pasado hubo opositores al plan, oriundos de esta ciudad, con falsa fama de impulsores del progreso, pero que no dan empleos y también burócratas de la vieja API, de pésima visión y lengua viperina.
El final feliz de esta historia, por cierto, no depende solo de hacer maquetas, sino de cumplir metas de gobierno para diseñar, restaurar, construir, desarrollar servicios turísticos, culturales y comerciales, así como malecones y muelles para el arribo de cruceros.
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