Gil entró al amplísimo estudio de puntitas para no despertar al licenciado Bartlett Chu-chu-chu que se tomaba un coyotito mientras el Presidente peroraba en la mañanera. Gil cree que este es el acto más genuino de Bartlett durante este sexenio, cerrar los ojos y dormir un rato. Piénsenlo, no hay en este acontecimiento una falta de respeto a la 4T. Veamos: le dicen a Bartlett que se presente en Palacio a las seis de la mañana. Y él va heroico, pero le gana el sueño. ¿Cuál es el problema?
Repantigado en el mullido sillón, Gil no se arrepiente, no aceptó la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Se la ofrecieron personeros de Dante, pero Gamés dio paso a la juventud de Chertorivsky. Gilga ya no está para esos trotes: que Clara y Santiago se den hasta con la cubeta mientras Gil observa en su butaca de primera fila. Hay que placearce mucho y hacer reuniones con empresarios e ir a mercados y no precisamente a comprar jitomate bola y dar discursos y luego el teleprompter se descompone. Y en el camino se encuentra uno con el amor de una alcaldesa y un alcalde abrazados como colegiales, y hay que subir a X que te mandaron unas flores. Es demasiado para Gilga, aunque un grupo de notables del círculo rouge le daban muchas posibilidades a Gilga dada su simpatía, su don de gentes, su plan de seguridad y de crecimiento para nuestra leal y noble ciudad.
Los tres magníficos
Cuando faltan unos cuantos días para que arranquen las precampañas presidenciales, la coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, sí, así se dice, Claudia Sheinbaum, reveló que contempla integrar a su equipo de propuestas para su proyecto de nación al todavía ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, y al ex secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch. En entrevista con su periódico MILENIO, Sheinbaum destacó: “Estoy haciendo dos equipos, uno de campaña en donde están, ustedes saben, los compañeros que participaron también en la encuesta; está Adán Augusto López, está Ricardo Monreal, el propio Mario Delgado, Citlalli Hernández y algunos otros que participarán en mi equipo de campaña, más la parte territorial, digamos. Por otro lado, un equipo para el proyecto de nación. Morena hizo unas propuestas, las vamos a enriquecer a través de un equipo que ya vamos a presentar muy pronto. Ahí estará el ministro Zaldívar, Juan Ramón de la Fuente, que también lo he invitado, y algunas otras personalidades que nos van a ayudar a fortalecer estos foros que haremos durante la precampaña”, señaló, aunque aclaró que “todavía no estoy pensando en el gabinete o algo así, ya habrá momento para todo ello".
A Gil le gusta que vuelvan a mencionar a Juan Ramón de la Fuente. Desde el año 2006 suena para formar parte del gabinete y él se las arregla para obtener un cargo y pasársela bomba fuera del país. De la Fuente vende humo y hay quien se lo compra, y a precios altos.
Sobre García Harfuch, Sheinbaum destacó que el ex funcionario de Seguridad aún “tiene que decidir si va de candidato a senador, que lo tiene como una posibilidad y él ya dijo que va a ayudar a Clara. “(Harfuch) va a apoyar en la ciudad a todo el proyecto. Y sí, pues lo voy a invitar también a que nos ayude, de por sí ya nos estaba ayudando también en todo el programa de seguridad hacía adelante”.
Ebrard
La telenovela de Marcelo Ebrard ha tocado a su fin con un capítulo escalofriante: después de que lo arrastraron, lo humillaron, lo zarandearon y lo usaron para limpiar los pisos con Fabuloso, Sheinbaum y Delgado le han dicho que en Morena no hay tribus ni segundas ni terceras fuerzas y que por favor calle su boca. Como es su costumbre, Ebrard utilizó su dignidad como un misil y guardó silencio. De que está bien, que él nada más decía porque se le ocurrió, que por favor no se lo tomen en serio, que fue una ocurrencia.
Todo es muy raro, caracho, como diría Séneca: “Siempre es peor el día siguiente”.
Gil s’en va
