Martes 16 de junio. 7:30 am. Pinche año de Leona Vicario. La pobre Leona, quién lo diría, homenajeada en uno de los más oscuros años de la historia de México.
Una nota de Pedro Domínguez publicada en su periódico MILENIO informa que “el presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó su conferencia mañanera desde Tlaxcala, en el segundo día de su gira por estados del centro del país. Giras y giros¿Por qué tantas giras y giros?
El Presidente lamentó no atender a los familiares de las víctimas que protestaron en Veracruz; dijo que fue una situación especial para no exponerlos a ellos: “Todos los días atendemos a ciudadanos y en este caso a familiares de víctimas de la violencia, la secretaria de Gobernación tiene esa encomienda, incluso hay una protesta enfrente de Palacio y se está atendiendo… Ayer hubo este incidente y por la sana distancia no pude exponerme, ni exponerlos a ellos, lamento mucho que esto haya pasado; es muy incómoda esta situación; por la sana distancia no podemos acercanos mucho; no es recomendable, esto lo hemos dicho varias veces”.
Gil recuerda: el Presidente no usa cubrebocas, no seunta gel en las manos, le vale gorro la sana distancia y ahora resulta que no pudo atender a las víctimas que protestaron en Veracruz por la sana distancia, o como dice Gil, la saña distancia. Es que de veras, al Presidente no se le va una, ni dos ni tres. Macanea durísimo.
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12:30 pm.
Cada vez que el Presidente o alguno de sus más cercanos colaboradores van a dar a conocer una noticia importante suelen decir: la semana que entra revelaremos. Gilga afirma: caracho pues denla a conocer la semana que viene y dejen en paz al personal.
Con la pena, el Presidente dijo que la siguiente semana serán dados a conocer (ah, los verbos auxiliares, Gamés los adora) los detalles de un fraude al SAT por 48 mil millones de pesos: “La semana próxima voy a dar a conocer un fraude de 48 mil millones de pesos que cometieron factureros en el sexenio pasado, un paquete nada más; involucrados del gobierno pasado y del otro, y políticos. Vamos a presentar denuncias penales contra esos personajes encargados de promover este sistema…”.
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1:30 pm.
La hora miserable. Liópez Obrador también se refirió a las elecciones del 21: "No vamos a permitir que haya fraude, no se va a permitir que ningún funcionario se involucre, participe, en procesos electorales, me refiero a funcionarios públicos federales, pero también vamos a estar pendientes de las autoridades estatales para garantizar que haya elecciones libres, que no estén pensando, lo digo con franqueza, que no se va a meter el gobierno federal pero ellos sí van a poder aplicar la compra de votos, el acarreo, las dádivas; ahí sí vamos a estar pendientes, además existe la fiscalía electoral, y es delito grave si se meten y se demuestra que se está usando dinero público o que el gobierno esta interviniendo en las elecciones, el responsable tiene que ser castigado. Yo estoy obligado a denunciarlo y lo voy a hacer, porque otro compromiso que tenemos es acabar con los fraudes electorales".
A veces, muchas veces, el Presidente olvida que él encabeza el gobierno. No se permitirá el fraude: la fuerza de la costumbre. Nunca presentaron evidencia de fraude alguno y en el 2012 perdieron nada más por tres millones de votos. A los que hay que cuidarles las manos, cavila Gil, es a los de Morena, que las tienen largas.
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2:30 pm.
La hora sagrada. Gil estaba viendo el Asalto a la Razón, la emisión de Carlos Marín donde entrevista a tirios y troyanos. En un encuentro con el general Gustavo Vallejo a finales el año pasado, el militar se aventó una puntada genial que Gilga quiere recuperar, pues afirmó que las ganancias del aeropuerto de Santa Lucía serían para Sedena. Marín saltó de su asiento: ¡cómo! Gran momento, un amigo que no malquiere a Gilga le dijo: es como si las utilidades de la CFE fueran para esa institución (imaginen a Bartlett, mil cosas y casas), y las ganancias de Pemex, para Pemex. La verdad no estaría nada mal. Dios de bondad.
Todo es muy raro, caracho. Como diría este proverbio árabe: “La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”.
Gil s’en va
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