Finalmente fue discutido el proyecto de reforma eléctrica del presidente López Obrador en la Cámara de Diputados, el cual no se aprobó; recordar que MORENA y aliados necesitaban mayoría calificada para su aprobación constitucional.
Desde diciembre actores políticos de MORENA empezaron a tender puentes de comunicación con el PRI en virtud de que los legisladores federales priistas aprobaran la reforma eléctrica.
A través de una narrativa nacionalista el presidente y su partido buscaron de todas formas que el PRI los apoyase, de hecho, el coordinador de los diputados priistas, Rubén Moreira, durante el Parlamento Abierto (llevado a cabo por la Cámara de Diputados) realizó hondas críticas a la reforma energética de Peña Nieto, mencionado que muchas empresas extranjeras se beneficiaron en demasía con los esquemas de autoabasto, esto derivó en una competencia desleal que terminó por afectar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Semanas atrás la posibilidad de un voto priista a favor de la reforma era factible, sin embargo, faltó operación política para que ello se concretara, ni Mario Delgado ni Ignacio Mier fueron capaces de abrir canales de comunicación con la oposición, sobre todo con el PRI, a fin de buscar los votos necesarios para su aprobación constitucional.
La no aprobación de la reforma eléctrica demostró que el bloque opositor (PAN-PRI-PRD-MC) está más afianzado que nunca a pesar de los coqueteos que tuvo el PRI meses atrás con el Gobierno Federal. Tuvieron que pasar tres años para que la oposición realmente se hiciera sentir en el Congreso de la Unión, nunca se había visto tan firme como ahora.
La no aprobación de la reforma eléctrica puede ser el corolario de lo que suceda en las elecciones de 2024: un candidato opositor respaldado por el PRI-PAN-PRD-MC frente a un candidato oficialista apoyado por el presidente y su partido. MORENA tendrá que hacer un llamamiento a la unidad interna si es que quiere retener el poder ejecutivo federal, la situación ya no es tan fácil como antes, realmente la oposición está haciendo un trabajo político en aras de obtener la presidencia de la República, además, en diversas entidades de la República el partido guinda vive en el encono, la confrontación entre políticos y militantes morenistas es el pan de cada día, difícilmente se puede concretar un proyecto transexenal, como el que pretende el presidente, si no hay unidad y concordia al interior de MORENA.
En lo que va de esta campaña electoral he constatado que muchos candidatos de morena se cuelgan del discurso presidencial, no tienen narrativa ni agenda política propia, lo que deja ver lo vacuo de sus ideas y su plataforma política electoral.
La batalla por la sucesión presidencial de 2024 se gesta día con día, los morenistas no siempre tendrán a López Obrador como su salvavidas, como mencioné en mi columna pasada el voto obradorista no necesariamente es un voto morenista.
La imposición de candidatos le puede ocasionar a MORENA un desgaste y desprestigio entre la sociedad, así le pasó al PRI, PAN y PRD, lejos de escuchar a su militancia y a la ciudadanía en general privilegiaron los acuerdos cupulares.