Actualmente el mundo está pasando por un proceso de automatización y digitalización de las actividades económicas.
Andrés Oppenheimer, periodista y escritor argentino, en su libro: ¡Sálvese quien pueda!, habla acerca del proceso de automatización de los empleos; en uno de los capítulos de su libro menciona que, durante un viaje de trabajo en Japón una de sus gratas sorpresas fue que en el hotel donde se hospedó el 99% del personal eran robots, el único ser humano era una chica que estaba en un cuarto atrás de la recepción.
Oppenheimer señala que muchos de los empleos existentes en la actualidad desaparecerán, en el caso de las personas que nos dedicamos a escribir columnas en medios de comunicación es muy probable que en el futuro computadoras inteligentes sean las que las elaboren y no un ser humano, de igual manera será el caso para abogados, contadores, chefs, entre otras profesiones, en el que el capital humano será sustituido por robots.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 14% de los empleos en las 36 economías más ricas del planeta tienen un alto riesgo de ser automatizados, en tanto, Bruegel, una think tank de origen belga, en un informe de 2014 señalaba que sería cerca del 55.3%.
Con el devenir de los años el comercio electrónico ha ido ganando terreno en México y el mundo, lo que significa, por ejemplo, que los puestos de cajeros en supermercados y los vendedores en tiendas departamentales dejarán de existir ya que la compra y venta de productos se realizará vía Internet.
¿Y qué será de los seres humanos si la mayoría de los empleos serán automatizados?
De acuerdo con la investigación hecha por Oppenheimer nuevas profesiones se crearán, regresando al tema de los puestos de cajeros en los supermercados, estos empleos serán sustituidos por otros, las empresas dejarán de contratar personas para los puestos de cajero, pero habrán de contratar a otras para el desarrollo de software.
La pandemia puede ser el corolario de una economía cada vez más digitalizada, en la que la automatización de los empleos sea la constante. Al tiempo.