Ayer fue para algunos mexicanos de oposición un día de frustración y de evidenciar deseos que no se cumplieron, de corroborar a los mentirosos de los medios de comunicación, porque nos hemos dado cuenta que el presidente AMLO sigue más vivo que nunca, a pesar de especulaciones y malos augurios sobre su salud que se dieron en los últimos días, por haberse contagiado por tercera vez de covid y volver a enfrentar el padecimiento positivamente para aparecer el viernes pasado en su conferencia mañanera de siempre.
Y con ello nos enteramos de que el fenómeno antiamlo resurgió para que algunos sigan manifestando su odio y deseo de muerte hacia él. Que sabemos es deseado por ciudadanos, así como por comunicadores que a través de las redes y algunos medios, dieron a conocer que tenia enfermedades más graves, como infarto, o derrame cerebral, y que por eso no llegaría a cumplir el año y cinco meses de mandato que le faltan.
Aunque también podamos ser testigos de otros fenómenos sociales, como el que parte de mexicanos arrepentidos tendrán que abaratar los confesionarios, hacer reflexiones de rectificación, no vaya a ser que, por desear un mal, tengan que padecer de los infiernos, del karma que se les regresa lo deseado o una maldición por desafiar el destino inevitable.
Aunque el presidente estuvo recluido durante cinco días, después de una gira de trabajo al supervisar el avance del Tren Maya, y haber manifestado baja de presión, deshidratación, fatiga y gripa, se recuperó y agradeció de todo corazón al pueblo de México por su apoyo, su solidaridad, casi de todos los mexicanos. Para los que le desearon mal, pidió aplicar el principio de amor al prójimo.
Es así que después de un infarto e intervención quirúrgica en 2013, otra intervención en 2018 por cateterismo, tres contagios de covid en 2021, 2022 y la reciente, así como padecer de hipertensión, angina de pecho, hipotiroidismo y gota, AMLO sigue vigente en la política y trabajando por la transformación del país.
Por eso los mexicanos nos preguntamos: ¿a qué o quienes se debe la razón de que siga entre nosotros? ¿A los buenos deseos, buenas vibras y oraciones de quienes lo admiran y quieren? ¿O al haber escogido acertadamente a su médico de cabecera, una eminencia, preparado y experimentado, el doctor Jorge Alcocer Varela? ¿Contribuye también sus ganas de servir y su dicha de trabajar por el país, como lo ha señalado?
Coinciden conocedores de la sociedad y la política que la campaña de odio que se dio en estos días debido a la salud del presidente es un reflejo de la mezquindad que demuestra que lo odian, tan negativa como la violencia y delincuencia que tenemos.
Después de todo esto hay aspectos que aprender respecto a los periodistas y columnistas de los medios que, en las primeras horas de ausencia del presidente, mostraron que la especulación es posible mientras se responda a intereses ajemos. Que parte de la sociedad no tiene principios ni ética hacia a los demás, y que para muchos es un regalo que AMLO siga más vivo que nunca.