De vergüenza, la manera en que un tipejo en Tailandia deja tan mal parado a su país, por su nefasta y machista conducta. Ciertamente se entiende que en la cultura promedio de ese lugar, la mujer sigue siendo tratada como un objeto y sus condiciones son aún peores que las de México.
Pero resulta inconcebible que una persona que se desenvuelve en un medio tan inmerso en la moda, los viajes y la innovación, no tenga un dedo de cerebro para comprender que, por lo menos, tendría que disimular su pobreza interior y modelar su conducta y ajustarla al contexto internacional.
Al parecer, el tipo no está enterado de que su nefasta mentalidad y su actitud machista ya no es predominante en el contexto mundial.
Y no hay excusa, pues incluso muchos de los mexicanos que en nuestro país tienen costumbres denigrantes, como tirar basura donde sea y manejar sin el cinturón de seguridad y con los niños saltando como chihuahueños en el vehículo, al cruzar la frontera e ingresar a Estados Unidos, su conducta se transforma por completo.
Porque saben perfectamente que en ese país con las leyes no se juega. Entienden que el cochinero de vida al que están habituados en México, no lo pueden exhibir en la unión americana. Si personas tan básicas como ellos, pueden ubicarse y modificar su conducta, ¿cómo es posible que un director de un certamen a nivel internacional no pueda haberlo hecho?
Pero por supuesto que si se trata de exhibir vergüenzas a nivel internacional, nuestro país no podía quedarse fuera. Y casi de manera simultánea, tenemos un tipejo degenerado, acercándose y tocando de manera vulgar e inapropiada a nuestra Presidente.
Y nos preguntamos: si eso le pasa a alguien que ostenta la máxima investidura y su equipo de seguridad no es capaz de cuidarla, ¿qué le espera al resto de nuestras mujeres en México? ¿Qué tanta protección y respeto se supone que pueden brindarles las instituciones?
El fallo no es solo del Gobierno; lo más preocupante son los padres deplorables que engendraron y criaron al desagradable sujeto. Se convirtieron en padres por deporte y accidente, y tener un hijo machista y degenerado es lo menos peor que pudo pasarles.