Septiembre de 2012, habíamos pasado el proceso electoral que llevó a Peña Nieto al poder mediante compra de voluntades y ríos de dinero triangulado, que corrieron para aprovecharse de la necesidad y el hambre de la gente. AMLO ya pensaba en el plan de generar una estructura ciudadana alejada de los partidos políticos tradicionales y de quienes formaban parte de ellos, llevar a una nueva etapa al movimiento que se había llamado “gobierno legítimo de México”, y que ahora se llamaba “Movimiento Regeneración Nacional”.
La primera convocatoria para generar una estructura formal destacaba por su dirección, que iba de abajo hacia arriba, empezando por asambleas distritales, ahí decidí contender para ser coordinador distrital, después vino la asamblea estatal, eligiendo a la primera dirigencia del Movimiento y finalmente el Congreso Nacional, donde se eligieron 204 Consejeros Nacionales y donde otra vez fui beneficiado por la confianza de mis compañeros, quedando como miembro del Consejo Nacional.
En ese período, como consejeros nacionales nos tocaron tareas de gran relevancia histórica y de construcción de lo que sería el nuevo partido. La primera tarea fue la de nombrar la primera dirigencia en la que estaba como presidente del Consejo Nacional Andrés, Manuel López Obrador; y como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Martí Batres, la tarea principal, entrar en la campaña de afiliación nacional para lograr el número de afiliados que el INE solicitaba para darnos el registro, aprobamos las convocatorias y organizamos marchas como la de la defensa de la educación, la defensa del petróleo, aprobamos la recolección nacional de firmas para la consulta acerca de la reforma energética. El 29 de septiembre de 2013 organizábamos la asamblea constitutiva de cara a tener el registro como Partido Político Nacional, discutimos y aprobamos los estatutos, así como las reformas que el INE puso como condición a nuestros documentos para aprobar nuestro registro en enero de 2014 haciendo la Asamblea Nacional. El 9 de julio de ese año el INE nos otorgó finalmente el registro.
Nos tocó presenciar la primera elección del partido en 2015, y en Puebla enfrentar electoralmente por primera vez al morenovallismo en 2016. En estas dos elecciones el objetivo marcado: mantener el registro. Todo esto sin dejar jamás el trabajo de campo, el trabajo diario de calle, de concientización, convencimiento y formación de estructura.
Siento una enorme emoción ver en lo que ese movimiento al que entré hace casi 13 años, lleno de gente voluntaria, pero con una gran convicción en el cambio de México y en las intenciones y capacidad de Andrés Manuel López Obrador, que nos tocó ser una oposición perseguida, vetada, muchas veces arrinconada, que enfrentamos tanto, hoy sea la primera fuerza política. Ahora los retos y desafíos son otros, y son enormes: consolidar su institucionalidad, evitar que sus dirigentes se sirvan para sus fines personales, evitar el parasitismo, burocratismo, oportunismo y todas esas enfermedades que muchas veces terminan por matar a su anfitrión.
Seguiremos trabajando para evitar que eso pase. Mientras tanto, tras estos 10 años que tuve el honor de ser su consejero nacional le digo a Morena, mi partido, mi movimiento: ¡Felicidades! ¡Lo logramos!
@Biestro