1. … es el título de la Exhortación Apostólica Post Sinodal que acaba de publicar, el pasado miércoles, el papa Francisco. La opinión pública ha recibido con cierta decepción el documento, pues se esperaba la aprobación de la solicitud hecha por los sinodales en octubre del año pasado, de aceptar la ordenación sacerdotal en esa región de varones casados –los viri probati– y el acceso de las mujeres al diaconado.
2. No fue así. Y Bergoglio o no quiso o no pudo acceder a esa solicitud que, por cierto, no era el objetivo central del sínodo, aunque resaltado por quienes desean un cambio de la Iglesia católica en esa materia –el celibato sacerdotal–. Volveremos sobre este tema la próxima semana. Hoy veamos lo que es realmente importante para el Papa argentino y que expresa con cuatro sueños en el documento.
3. En primer lugar, sueña con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida. Y es que en esa región abundan las empresas transnacionales que no tienen empacho en apoderarse de las aguas, generar esclavitudes y explotar a los trabajadores agrícolas con total impunidad. Sueño social.
4. Bergoglio sueña también con una Amazonía que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana. Y es que allí viven –sobreviven– más de 110 pueblos indígenas no siempre respetados en sus costumbres, tradiciones y visiones del mundo, y cuyas expresiones folclóricas no son idolatrías o símbolos que se oponen a la fe cristiana. Sueño cultural.
5. En tercer lugar, el Papa argentino sueña con una Amazonía que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas. La región no solo ha sido afectada en los últimos meses por incendios forestales, sino en especial por la destructora presencia del ser humano, opresor de la naturaleza. Sueño ecológico.
6. Por último, Francisco sueña con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonía, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos. No se trata, entonces, solo de ordenar presbíteros a señores casados o de diaconisas a algunas mujeres, sino de que los laicos se empoderen para vitalizar a sus comunidades y a la Iglesia. Sueño eclesial.
7. Cierre ciclónico. El realismo mágico afirmaba que nuestra realidad latinoamericana es tan asombrosa que basta con describirla para producir una excelente obra de fantasía. García Márquez dijo que un ejemplo de ello era el PRI, revolucionario pero institucional, al mismo tiempo. Solo en México se podía ver eso. Pues hoy tenemos la rifa de un avión, en la que no se rifa el avión. El colombiano se ríe.
papacomeister@gmail.com