1. La negociación ganar-ganar es aquella en la que las partes de una discusión o confrontación obtienen el mejor resultado posible para todos los involucrados. Es el ideal a alcanzar no solo en el mundo de los negocios, sino también en los acuerdos políticos y hasta en las familias. Este método se complementa con otro dicho, usado mucho por los abogados: “Más vale un mal arreglo que un buen pleito”.
2. Seguramente, el equipo mexicano que negoció con los norteamericanos el problema comercial-migrante quería ganar, permitiendo que triunfaran también los rivales. Y para ello apostaron por un mal arreglo, prefiriéndolo sobre un buen pleito. Lograron que no se aplicaran los terribles aranceles, pero cedieron aceptando atender un problema: la migración, muy costoso desde varios ángulos.
3. Sin embargo, pareciera que estamos no ante un convenio ganar-ganar, sino ante uno perder-ganar. Trump ganó potenciales votos para las próximas elecciones, al fortalecer con sus posiciones racistas la imagen de un presidente que defiende los intereses de los norteamericanos. Con mentiras y fanfarronerías mantiene su discurso antimexicano que tanto le ha redituado.
4. ¿Y nosotros? Se dirá que Ebrard y su equipo resultaron victoriosos, al lograr la no aplicación del arancel… pero solo por 45 días. Trump no es una persona que haga honor a su palabra, ni respeta acuerdos. Ya nos encontró la medida con sus amenazas: ¿quién nos garantiza que en un mes y medio regrese con sus bravatas, argumentando que México se sigue portando mal y continúa aceptando migrantes?
5. Ese supuesto triunfo de nuestra diplomacia puede evaporarse de un momento a otro, lo que vendrá a agravar la otra derrota: la atención a los migrantes. De presentarnos como un país hospitalario, capaz de recibir a las personas que vienen huyendo de la violencia y el desempleo, nos estamos convirtiendo en una nación xenófoba…
6. … que, a fin de cuentas, preferiría cerrar sus puertas para que no ingresaran. Convendría considerar lo que acaban de decir los obispos mexicanos: “Nuestros hermanos migrantes nunca deben ser moneda de cambio. Ninguna negociación debe colocarse por encima de lo que la Iglesia y la sociedad civil han defendido por años: la no criminalización de los migrantes ni de sus defensores…”
7. Cierre ciclónico. El reciente documento del Vaticano, Varón y mujer los creó, supone una ruptura con los cauces de diálogo abiertos por este pontificado con las minorías sexuales, comenta el P. James Martis, S.J., experto en el diálogo entre fe y diversidad sexual. El jesuita sostiene que la gente no elige su género, como lo afirma el texto citado, sino que lo va descubriendo a través de sus experiencias.
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