1. Una elegante dama sampetrina fue con el médico. Ya llevaba días con diarrea, calentura, dolor de cabeza. El galeno le dijo que traía un virus, mágica solución de la medicina profesional cuando, con frecuencia, no encuentra la causa real de nuestros malestares. ¿La recomendación? Tomar unos medicamentos y alejarse de aglomeraciones, pues traía muy bajas las defensas de su organismo.
2. La señora repasó en su mente alguna posible fuente de contagio. Ninguna. No había salido de viaje recientemente, y era muy cuidadosa con su aseo personal y la higiene de su entorno. Pero en la merienda vespertina, al compartir con sus amigas lo que padecía, una de ellas apuntó a una causa de sus malestares, susurrando: “Dicen que los migrantes de Honduras traen un virus, desconocido para…
3.… nuestros doctores”. De regreso a su casa se pasó un semáforo en rojo, para evitar a unos mendigos que pedían dinero en el crucero. Ya en casa pensó en despedir a las muchachas, originarias de San Luis, y que, para su mala fortuna, andaban de novias con hondureños. Pero imaginar que ella sola –no contaba con su esposo e hijas– se tendría que hacer cargo de toda la casa, la hizo desistir.
4. Sometió a sus empleadas domésticas a rigurosos exámenes médicos, de los que salieron bien libradas –no se encontró virus alguno–. Incrementó las medidas de limpieza y, no obstante el malestar de su marido, les ofreció un jugoso aumento, con tal de que abandonaran a sus novios. “Los migrantes traen un virus –las quiso asustar– y sería lamentable que ustedes –¡y nosotros!– se contagiaran”.
5. Por más que parezca una historia fantástica, es real, y refleja una actitud más extendida de lo que pareciera. Además de que se tiene miedo a los migrantes porque, se supone, nos quitan empleos, afectan nuestra tranquilidad y ponen en riesgo la seguridad social, ahora resulta que, cual ibéricos que nos importaron enfermedades como la viruela y el sarampión, los actuales migrantes nos traen virus extraños.
6. Y quizá tengan razón. Vienen con el virus del miedo y del hambre, huyendo de enfermedades y violencia, de desempleos y persecuciones. Está claro que de esas infecciones no queremos contagiarnos, nosotros que vivimos en la abundancia, la tranquilidad, el respeto social. Antier el Papa felicitó a los mexicanos… “por ser tan acogedores de los migrantes centroamericanos”. ¿Será?
7. Cierre ciclónico. ¿Estamos ante una nueva generación de jóvenes regios trogloditas, como se ve en el video de Plaza Las Villas? Explicamos el comportamiento de un sicario que es capaz de asesinara sus enemigos, de manera macabra, porque pensamos que estaba drogado. ¿Y los chavos-bien que, alcoholizados, son capaces de matar a otros en un pleito postantro? ¿Nueva cultura regia?
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