1. Mucho se ha escrito sobre el origen de la homosexualidad. Algunas opiniones la describen como algo genético, que viene desde el vientre materno: el gay nace, sostienen. Otras tesis, en cambio, afirman que es cultural, adquirida: el homosexual se hace, sentencian. Ambas versiones se fundamentan en datos estadísticos y diagnósticos profesionales, y merecen nuestro respeto. No las discutimos.
2. Otro aspecto del fenómeno, resaltado en las últimas semanas, es el calificativo de enfermedad para designar a la homosexualidad. Esta descripción permitiría una mejor comprensión hacia quien la padece. Sin embargo, y manteniendo las dos posiciones con respecto a su origen, estaríamos entonces ante una deficiencia en la salud de esas personas desde el nacimiento o contagiada por diferentes contextos.
3. Si asistimos, entonces, ante una enfermedad: ¿ésta puede curarse? Así lo han pensado movimientos como Courage, creado en la Arquidiócesis de St. Paul y Minneapolis, en 2009, que ofrecía terapias de reorientación sexual o de conversión sexual reparativa –con exorcismos incluidos– y, recientemente, el obispado español de Alcalá de Henares, que brinda cursos para su tratamiento médico.
4. Recordemos que movimientos católicos ligados al citado Courage han visto en la homosexualidad una posesión directa del demonio. De ahí su certeza de que la orientación sexual debe ser reparada. Esta propuesta está sostenida por ex gays, que afirman haber encontrado en la oración y el sacrificio la solución a su torcida preferencia sexual. Ahora, superada la enfermedad pecaminosa, viven en gracia.
5. Pero organismos como la OMS (Organización Mundial de la Salud), dependiente de la ONU, y el Colegio de Médicos de Madrid, sentencian que la homosexualidad no es una enfermedad. Esta institución ha saltado a la palestra para desautorizar los cursos ya comentados de la diócesis española y citan a Freud, quien desde 1896 le negó a la homosexualidad el calificativo de enfermedad.
6. Yo sí creo que la homosexualidad es una enfermedad, pero padecida por algunas personas hostiles a los gays. No solo cuentan chistes sobre ellos, sino que los estigmatizan y ofenden. Les niegan su derecho al matrimonio y se espantan si quieren adoptar. ¿Quién estará más enfermo? ¿El gay que quiere ser feliz? ¿O quienes tratan de impedírselo? Ojalá y nos curemos de esa enfermedad llamada homofobia.
7. Cierre ciclónico. Pues parece que la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) lo logró. El miércoles, la Cámara de Diputados aprobó una nueva reforma educativa, que elimina la evaluación de maestros y deja abierta la puerta al sindicato para controlar las plazas magisteriales. ¿Será que bloqueando vías del tren y acceso a la Cámara de Diputados se consigue lo que se quiere?
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