En los varones pertenecientes al grupo entre los 50 y 59 años destaca el que privilegia los vínculos sólidos y cercanos, prefiere vivir en familia y en lo físico aún conserva una buena motricidad, fuerza y destreza.
En el aspecto mental considera tener una buena memoria en el corto plazo, y el estrés no ha impactado negativamente en sus relaciones ni en su alimentación, por lo que no consideran necesario solicitar apoyo psicológico.
A diferencia del grupo de 40 a 49 años, en el aspecto financiero sus ingresos le son satisfactorios y muestra un manejo de deuda e inversión; cuenta con reservas para imponderables y se considera medianamente preparado para el retiro, pues no ha necesitado contraer deuda para subsistir ni para la salud, ni para eventos extraordinarios.
En el aspecto espiritual se siente que le brinda consciencia de pensamiento, sentimientos y actitudes, sin embargo, recurre a medicación y suplementación para manejar la ansiedad.
Por el otro lado, para la mujer lo más relevante, además de los vínculos cercanos y sólidos, está la estabilidad emocional y su conexión espiritual para fortalecer sus relaciones familiares.
Es evidente la creencia en un Ser Superior, pero presenta angustia, ansiedad incapacitante y estrés al grado de afectar sus relaciones (sociales, familiares, laborales), incluso afecta sus hábitos alimenticios.
Percibe mayor riesgo a caer y cobra relevancia la búsqueda de comidas nutritivas, así como la incorporación de frutos secos en la dieta.
En el ámbito financiero se considera que sabe ahorrar, prepararse para el retiro, así como reservar para imprevistos y, aunque, sus ingresos no le satisfacen del todo, pero le son suficientes para cubrir necesidades básicas y medianamente se prepara para el retiro.
Vemos que hay algunos cambios significativos principalmente en el aspecto financiero, pues se nota que se vive circunstancias distintas, posiblemente por la etapa de vida y también por las situaciones laborales que han ido modificándose.
También se nota que para la mujer es más clara la necesidad de cuidarse, podría deberse porque está en la etapa de la menopausia, mientras que el varón se aprecia a sí mismo, en plenitud física.
En lo emocional existe mayor consciencia y en el aspecto espiritual, ambos han comenzado a considerarlo más claramente.
Considerando que a este grupo le quedan entre, al menos, 10 años para llegar a la edad de retiro, es relevante realizar los ajustes necesarios para lograr la mayor salud posible y la construcción de un esquema que permita un retiro pleno.
Aún hay tiempo, aunque inexorablemente sigue avanzando.
Flor.vargas@iberotorreon.mx