Esto ya es noticia vieja. El sábado se reunió el gobernador Eruviel Ávila Villegas con la crema y nata del priismo. Estuvieron los integrantes de su gabinete, los diputados locales y federales, las senadoras y los integrantes del Consejo Político Estatal.
Hubo muchos temas, pero todo giro en torno a uno solo: LA UNIDAD. Hay muchos sinónimos para esa palabra, pero algunos atañen al sentido de la reunión: armonía, identidad, acuerdo, concordancia, unión y unanimidad.
La palabra unidad se escuchó de manera reiterada y es que los resultados de las elecciones del domingo 5 de junio en 14 entidades no fueron lo más favorables que hubieran querido los priistas para su causa.
Por eso el gobernador enfatizó en la necesidad de que los militantes, pero sobre todo los dirigentes y quienes tienen una responsabilidad derivada de una elección popular, tengan una misma y sola misión, que es la de trabajar por el partido, desde el quehacer cotidiano a favor de la gente, pero también se refirió a la armonía que debe privar entre los priistas en estos momentos cuando aún falta al menos unos ocho meses para conocer al candidato del PRI a la gubernatura mexiquense.
Y es que algunos aspirantes ya se saltaron las trancas y andan por la libre, contratando despachos y especialistas de imagen, pero sobre todo expresando que ya tienen "el visto bueno tanto de los pinos como de Casa Estado de México", algo que el propio mandatario se encargó de echar por tierra.
Seguro esas palabras cayeron como balde de agua fría a más de uno, pero era necesario que alguien les llamara a cuentas, pensando que falta más de un año para que termine la presente administración y es una falta de respeto al mandatario en turno, en este caso Eruviel Ávila Villegas, que los ánimos estén desbocados con tanta anticipación, porque eso solo abona a la discordia, a la desunión a la división y al debilitamiento de las bases; al encono, al enojo y a la frustración. No hay que olvidar todos los priistas que al calor del enojo se han pasado a otros partidos para recibir la postulación que en el PRI les negaron.
Estuvo bien la llamada de atención, porque los actuales son momentos para que los priistas unan esfuerzos y fuerzas en torno a Eruviel Ávila Villegas y en torno al presidente Enrique Peña Nieto, olvidándose de ambiciones personales, que son legítimas, que son lícitas, sí, pero todo a su debido tiempo.
Los priistas deben recordar que "no por mucho madrugar amanece más temprano".
La sacudida que la ciudadanía le dio al PRI en 14 entidades federativas el 5 de junio debe bastar para entender que si no van unidos a las elecciones del próximo año, el riesgo es no solo de perder el Estado de México, tradicional bastión tricolor, sino de perder la presidencia de la República en el 2018.